El extraño lenguaje de la Ley
Al amigo mío del que he hablado en otras ocasiones su psicóloga le aconsejó una terapia que él utiliza, según me ha dicho, bastante a menudo. Un día le recomendó que ‘expresara’ de alguna manera todas aquellas emociones que fuera sintiendo, que no las mascullara interiormente sino que por escrito o verbalmente, si fuera posible, las ‘expulsara’ de sí, les diera una ‘vida exterior’ y tangible.
Desde aquel día decidió mantener un diario donde contara todo lo que de algún modo le ‘revolviera’ por dentro y más tarde le dio por abrir un blog en el que publica alguna de estas ‘revoluciones interiores’. Ayer me lo encontré, estaba leyendo el periódico y me comentó la noticia que le había, digamos suavemente, ‘chocado’. Al parecer La juez del Juzgado de Instrucción nº 5 de “Sant Feliu de Llobregat” había sobreseído el llamado caso Pepe Rubianes y había impuesto a las dos acusaciones particulares el pago de un tercio de las costas procesales, por haber ejercido acciones "de forma abusiva y maliciosa" (?).
Mi amigo estaba entre estupefacto y confirmado en su escepticismo sobre esas cosas que se venden con palabras tan pomposas como Verdad, Justicia, Democracia y cosas similares. Me indicó a grandes rasgos cuáles eran las emociones que interiormente se revolvían en su ánimo y no lograba entender. O sí las entendía por absurdas que parezcan.
Primero que el oficio de juez, abogado, fiscal o cómo se llamen los que sancionan lo que es justo o no lo es, cada vez se aleja más de lo que el vulgo entendemos por justo o simplemente, sentido común. Unas palabras que el pueblo llano entiende perfectamente, en las manos manipuladoras de un juez pueden decir cosas muy distintas. Y así si el señor X dice: ‘alto’ y claro, en castellano:
- “A mí la unidad de España me suda la polla... que se metan España por el puto culo... que se vayan a cagar a la puta playa, con la puta España... Que llevo desde que nací con la puta España... Que se vayan a la mierda con el país.”
En la interpretación ‘jurídica’ de la juez catalana:
... dichas palabras “no pueden considerarse una provocación» porque fueron una manifestación oral de escasos 30 segundos, absolutamente espontánea” y forman parte de “la propia idiosincrasia de su emisor”.
De donde se deduce que las provocaciones dependen
Una vez más mi amigo se convence de que existe una distancia infinita entre el lenguaje que políticos, jueces, fiscales y demás clases ‘ilustradas’ y el usado por el pueblo llano que aplica su sentido común. Quizá es un aspecto de la Lengua que deba ser mejor explicado en la escuela: “ Del lenguaje, sus infinitos significados, y del arte de ser utilizado para confundir y reírse del personal”
Desde aquel día decidió mantener un diario donde contara todo lo que de algún modo le ‘revolviera’ por dentro y más tarde le dio por abrir un blog en el que publica alguna de estas ‘revoluciones interiores’. Ayer me lo encontré, estaba leyendo el periódico y me comentó la noticia que le había, digamos suavemente, ‘chocado’. Al parecer La juez del Juzgado de Instrucción nº 5 de “Sant Feliu de Llobregat” había sobreseído el llamado caso Pepe Rubianes y había impuesto a las dos acusaciones particulares el pago de un tercio de las costas procesales, por haber ejercido acciones "de forma abusiva y maliciosa" (?).
Mi amigo estaba entre estupefacto y confirmado en su escepticismo sobre esas cosas que se venden con palabras tan pomposas como Verdad, Justicia, Democracia y cosas similares. Me indicó a grandes rasgos cuáles eran las emociones que interiormente se revolvían en su ánimo y no lograba entender. O sí las entendía por absurdas que parezcan.
Primero que el oficio de juez, abogado, fiscal o cómo se llamen los que sancionan lo que es justo o no lo es, cada vez se aleja más de lo que el vulgo entendemos por justo o simplemente, sentido común. Unas palabras que el pueblo llano entiende perfectamente, en las manos manipuladoras de un juez pueden decir cosas muy distintas. Y así si el señor X dice: ‘alto’ y claro, en castellano:
- “A mí la unidad de España me suda la polla... que se metan España por el puto culo... que se vayan a cagar a la puta playa, con la puta España... Que llevo desde que nací con la puta España... Que se vayan a la mierda con el país.”
En la interpretación ‘jurídica’ de la juez catalana:
... dichas palabras “no pueden considerarse una provocación» porque fueron una manifestación oral de escasos 30 segundos, absolutamente espontánea” y forman parte de “la propia idiosincrasia de su emisor”.
De donde se deduce que las provocaciones dependen
a) de la duración en minutos y segundos,El ‘razonamiento’ de la letrado Mercedes Giménez va aún más allá, o más adentro. En el arte de la ‘interpretación judicial’ y en la lectura interior del demandado añade que: "sus palabras no van dirigidas a España, nación, sino a una concepción de España” y que el actor «patentizó» su oposición «a la España negra, cavernícola, reaccionaria, casposa y fascista”. Hermosa y judicial forma de leer algo que el pueblo llano no llega a captar en toda su hondura y perspicacia psicológica.
b) no lo son cuando son sentidas y surgen espontáneamente y
c) dependen de la ‘idiosincrasia’ (?) del autor.
Una vez más mi amigo se convence de que existe una distancia infinita entre el lenguaje que políticos, jueces, fiscales y demás clases ‘ilustradas’ y el usado por el pueblo llano que aplica su sentido común. Quizá es un aspecto de la Lengua que deba ser mejor explicado en la escuela: “ Del lenguaje, sus infinitos significados, y del arte de ser utilizado para confundir y reírse del personal”
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