Drama e identidad

Decía esta mañana el Náufrago que solía huir de las declaraciones de los políticos y frecuentaba de mejor grado la compañía y comentarios de algunos columnistas que le sirven de ayuda para entender este berenjenal o carajal que los políticos se han montado ellos solitos. Enseguida encontró las palabras justas leyendo la columna que Juan Bonilla ocupa hoy “En la columna de Umbral” y que hace el número 43 después de la muerte del madrileño / vallisoletano.

Cita Bonilla a su vez a Santayana , filósofo español que escribió en inglés y fue profesor en Harvard. Dice el filósofo madrileño algo así - no es cita exacta- : “El negocio de los políticos es hacernos vivir dramáticamente en un mundo que no es dramático. De ahí que les resulte tan productivo sacarse de sus hondas chisteras unos cuantos problemas para cada solución”.

Si el Náufrago se quedó con la copla es porque tenía todavía fresca en su mente la misma reflexión que se hacía cuando estos días se paseaba por las calles de Salamanca, y veía su Plaza Mayor llena de gente de todas las edades, de todas las clases, de todos los países, en todas las actitudes: sentados en el suelo, paseando, formando corros, ocupando las terrazas de bares y cafés, entrando y saliendo, dando vueltas a esta eterna noria… Pensaba qué tenía que ver toda esta gente con los tinglados que se tienen montados los políticos con las banderas, los himnos, las declaraciones sobre las fallas reales, los ‘amigos’de ayer entrando y saliendo ahora de la cárcel, las fiestas nacionales, los distintos patriotismos, buscando ahora soluciones a los problemas que ellos mismos han fabricado previamente.

Todo invitaba de nuevo al Náufrago a refugiarse en su isla y meditar en algo que el columnista citaba como de paso: drama e identidad, entendiendo por drama su sentido primitivo de ‘presentación de acciones hecha por actores a través del diálogo’.

- Estaba de acuerdo con el escritor gaditano cuando escribía que: “la identidad es un drama, aquello que somos para los otros, la pura fachada con la que salimos fuera. La intimidad es lo que cada uno sabe que es. Cuanto más cerca estén identidad e intimidad mejor nos irá, seguramente.”

Pues en esa aventura anda ahora interesado el Náufrago, tratando que drama e identidad vayan aproximándose cada vez más. Todo lo demás no es más que ruido, farándula, ‘carajal’ político.

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