Una charla con Douce

Pues mira Douce , mi muy querida secretaria y correctora de estilo, ya sé que esto nuestro – me refiero a nuestra relación – tiene algo de peculiar, que tú y yo hablemos de este modo, nos corrijamos, nos reprochemos mutuamente nuestros pequeños defectos, no es frecuente. Los hombres al menos, no sé vosotros los perros, no siempre sabemos decirnos los unos a los otros nuestras virtudes y nuestros defectos. Esta sociedad nuestra se divide en aduladores e insultadores, raro es el caso de que dos personas gocen de la suficiente amistad para decirse las verdades, todas las verdades, incluso aquellas que no nos gustaría oír y es la única manera de que una relación progrese y se consolide. Creo que algo de esto hay entre nosotros, por eso vas a permitirme que yo también corrija alguna de las cosas que tú escribes. Yo diría, para que no te sientas ofendida, que creo que no es culpa tuya sino de mi compañía. Te has contagiado de mi confusa sintáctica, que si hacemos una descomposición muy ‘nuestrogeneris’ , sería una escritura ‘sin táctica’ previa de construcción.

- Vamos a ver, papá querido, ¿por qué no me dices de una vez lo que tengas que decirme, y no dar tantos rodeos? Así por lo menos me enteraré de lo que quieres decirme y tendré más cuidado la próxima vez.

- Razón tienes, querida. Voy a ir al grano porque quiero luego añadir algo que quizá te guste. Mira, leyendo tu ‘post’, entrada, reflexión , o como quieras llamar a eso que has escrito sobre la educación he de decirte que he leído este párrafo tres o cuatro veces y me cuesta un poco entenderlo. Transcribo:
“Quizá sea la forma de que los que de esta generación sean ‘parásitos’, no vamos a generalizar aunque son muchos, empiecen a darse cuenta de que tienen que mover el culo y ganarse las habichuelas por su cuenta.”
- Ah, ¿ es eso lo que no entiendes? Puede que tengas razón y no haya dejado las cosas muy claras. Pero permíteme que te tome un poco el pelo antes ¿ Te parece?

- De acuerdo

- Antes de explicártelo ¿qué es lo que no entiendes?: ¿ “parásito”? ¿”culo”?, ¿”habichuelas”? ¿Confundes acaso el culo con las habichuelas?

- Entiendo sobre todo tu ironía. Pero lo que no queda claro es todos esos “que”, tanto “ de que” relacionando cosas que no quedan del todo claras.

- Entendido, la verdad es que a mí tampoco me había satisfecho, pero como me has contagiado tu ‘cagaprisez’, tu falta de paciencia, tu pereza, no me tomé el tiempo suficiente para construir un párrafo mas inteligible. Como sabes , estaba hablando de esos hijos que ‘parasitan’ a sus padres durante años y años , no salen de la casa de sus padres, de sus comodidades, de su vida sin problemas y les dan los 25, los 27, los 28... y no hay manera de que salgan a tomar el viento fresco de la vida. Vamos a ver, una pregunta:¿ tú a qué años dejaste el ‘nido’?

- Bueno , eran tiempos diferentes , pero a los 21 ya estaba currando.

- Muy bien me gusta saberlo, se lo diré a esos que tú sabes. Y ahora para que te quedes tranquilo vamos a ver si entre los dos, no lo estropeamos más y escribimos algo que se entienda sobre los ‘parásitos’.
“Entre los jóvenes de hoy hay algunos parásitos que no ven el momento de dejar la casa de sus padres y enfrentarse a la vida. Quizá ya va siendo hora de pensar que deben mover el culo y empezar a ganarse las habichuelas.”
- Bueno, vale, por lo menos no es tan rebuscado. Pero me ha parecido bien que hayamos hablado como dos personas, o si prefieres como dos animales, que es lo que tenemos en común, y haber llegado a conclusiones razonables. Pero como nos hemos alargado en la charla, dejaré para otro momento lo que quería contarte.

- Mira, guapo la próxima vez te lo piensas antes y no prometas algo que luego no puedes cumplir

- Tienes razón, te lo prometo, de lo que no estoy seguro es si podré cumplirlo

- Estoy acostumbrada, ‘don guorri”.

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