La nostalgia del fado
No sé muy bien si es la emoción la que llama a la música o si es la música la que nos lleva de la mano a las emociones. ¿O son ambas cosas? Creo que sí , que la vida no es 'esto' o lo 'otro' sino ambas cosas. A veces se mata la vida de verdad cuando la interpretamos como alernativa y no como ambivalencia. Pero la reflexión es lo de menos, lo demás es admitirla como la sentimos, no como la analicemos.No sé por qué entonces mi ánimo de domingo por la tarde ha llamado a la puerta del fado, una música que descubrí en las calles de Coimbra y escuché en directo en la noche de Lisboa. Y no era en Alfama, ni en Mouraira, ni en Madrongaoa o Ribeira donde nació está música. Es probable que la trajeran aires africanos, pasados por Brasil y incubados en los barrios lisboetas donde esclavos, marineros, prostitutas ahogaran sus lamentos y sus nostalgias. Porque el fado emana de esa sensualidad agridulce, lleno de tristeza de pasión, de celos o nostalgia.
Por eso , para cerrar los ojos y perderme en esta música, en nostalgias de Figueira da Foz, de Coimbra de la Alfama lisboeta me he servido este fado. Con su permiso ¿Quieren acompañarme a escuchar la voz caboverdiana de Cesária Évora?
Comentarios
Pero vamos, tampoco me jugaría el cuello, que solo tengo uno :)
Lo importante es encontrar una música que esté en sintonía con un determinado estado del ánimo.
No soy ningún experto en fados, pero hay melodías en el aire que se acomadan bastante bien a mi 'color emocional'.
Y no me preguntes de qué color son mis emociones, porque soy daltónico:-)
Lo mismo da si es "morna" o fado. La cuestión es que "sintonices".
Bicos