"Me siento mal"

DESAYUNO CON CONSEJOS

Esta mañana he desayunado con un amigo que se ha despachado a gusto soltándome parte de sus secretos comunicativos. Mantiene, como yo, un pequeño diario donde va anotando aquellas cosas que le llaman la atención, todos esos pensamientos, sensaciones, sueños que le pasan por la cabeza y que son muchos y variados. Me dice que ese repaso de vivencias, ‘somnolencias’, presencias o ausencias amanecen con él y acuden a primera hora mientras se ducha, se afeita , hace sus abluciones matinales y demás menesteres. Son unos veinte minutos muy creativos al parecer.

Entre las varias ideas que fue barajando en su mente, algunas de ellas trata de ‘fijarlas’ en su bloc de notas antes de desaparezcan, pero lo que le hizo reflexionar esta mañana fue una frase de su hija que ha tenido que quedarse en la cama porque un comienzo de gripe que viene arrastrando desde hace algunos días , ha hecho que deba quedarse en la cama sin poder asistir a sus clases de prácticas que empezaban a las nueve. Estaba en la cama, con algo de fiebre y bastante afectada su garganta. En su mente aún daba vueltas a su cabeza un duelo interior: su sentido del deber de ir a esa clase y la realidad de su fiebre y su malestar. Estaba riñendo esa batalla interior entre el ‘deber’ y sus ‘males’.

Cuando él se acercó para preguntarle cómo se encontraba, ella tardó un momento hasta poder expresar verbalmente el pequeño conflicto interior que le molestaba más que su fiebre y su mal de garganta. A media voz susurró más que habló : “ me siento mal”.Él enseguida entendió que no se refería a sus males físicos sino al no saber si hacer caso a esa voz interior que le decía: "debes ir a clase"o la realidad de su gripe. Muchas veces esos ‘males’ hacen más daño que el dolor y la fiebre , la indecisión interior de no saber a qué voz atender, a la voz hecha de mil ‘voces, consejos, actitudes, órdenes, prohibiciones’ oídas, o la voz llana del cuerpo.

Sin embargo mi amigo, estaba contento de que su hija hubiera podido ‘expresar’, echar fuera esa presión interior que la angustiaba un poquito. Me dijo:

-“Sabes, me he alegrado porque ha sido capaz de poder ‘comunicar’ ese sentimiento por tonto que parezca. A mí no me hubiera sido permitido ni siquiera expresarlo y de ese modo quedaron dentro de mí muchos sentimientos ‘prohibidos’ ¿o es mejor llamarlos ‘podridos’? Unos tras otros, almacenados, llegan a constituir una montaña enorme de reproches no expresados, es decir una montaña de culpa no digerida".

Para quitarle un poco de importancia a lo dicho por mi amigo que, como siempre, empezaba a ponerse solemne, bromeé un poco y le dije:

- “Tío, que estamos desayunando... y me estás haciendo un tratado psycológicomoral que no hay cristiano, por muy cristiano que sea, que se lo desayune. ¿Me puedes invitar a un sobao de Casa Macho, de los grandes por haberte aguantado?". Sonrió un poco y me dijo:

- “Creo que te mereces una caja entera por haberme escuchado con tanta paciencia”

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Ante la perspectiva de un sobao del Macho a mí se me quitarían todos los males físicos y psíquicos, te lo aseguro. Puede que sea por el ramalazo nostálgico que tengo estos días que ha hecho que la sola visión de la foto que has puesto me haya causado un nudo en la garganta. En fins...

:-)
Douce ha dicho que…
Si este medio permitiera enviar más que la foto...:-) Creo que se aliviarían un poco mejor los ramalazos nostálgicos.

Un abrazo

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