Un paseo por el Cabildo de Arriba

¡MIRA, LA LUNA!

Para 'revivir' una ciudad hay que haberla pateado de pequeño, haber recorrido mil veces sus calles, haber jugado en ellas, haberse peleado, querido... Haber tenido amigos y amigas de la infancia , haber corrido todo tipo de 'aventuras' en cada una de sus esquinas, o al menos en el 'barrio', en nuestro barrio, cuando el barrio tenía aún sabor a pequeño territorio...

No me es permitido 'vivir' de esa manera a Santander, aunque sea la ciudad donde más años he vivido y eso que son varias a lo largo de la vida. Por eso, cuando esta mañana he decidido recorrer de nuevo esta Calle Alta, la más antigua de la ciudad, donde vivían los pescadores del Cabildo de Arriba, me he dejado guiar por José Ramón Sánchez, conocedor de este Santander que él vivió en los años cuarenta. Hasta el Bar Callealtera subía con su padre y su tío Bachi todos los domingos. Asistía a sus partidas de mus , de dominó o jugando a la rana, mientras el dibujaba. En el patio de aquel bar, un niño sensible asistía a la sangrienta y salvaje ceremonia de las peleas de gallos y se le encogía el alma. Ésas son las vivencias que dan color y sabor a las calles y que no serán nunca igual para los viandantes que ahora las recorremos desde otra perspectiva.

Pero aún así , este paseo por estas viejas calles guardan el sabor de barrio antiguo. Se nota en la campechanía de sus gentes, en el olor a pescado que sale de sus pescaderías, el de las patatas con carne de jabalí que se cuecen en la 'olla ferroviaria' o el de las 'fabes con almejas. Se nota en la niña que te saluda , pregunta tu nombre y luego con su dedo, mostrando la portada de un libro, te dice: " Mira, la luna".

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