¿Jubilado o pensionista?

DE LA IMPORTANCIA DE LAS PALABRAS

Para una vez que en nuestro idioma hay un vocablo con sentido 'positivo': jubilado (alegrado) ,para describir una situación, mientras nuestros vecinos lo llaman 'retraité', ( retirado), extraños fantasmas lo están tiñendo de otras estigmas. Sobre la visión peyorativa de nuestro idioma no tienen nada más que ver otros conceptos y sus apelaciones . Lo que otros llaman 'faire l'amour', aquí, hasta hace muy poco, y aún ahora, le reservamos otro vocablo, que lo mismo sirve para el acto amoroso como para fastidiar al prójimo.

- Jubilarse... qué vocablo más raro, primero porque la mayor parte de las veces no es un verbo (una acción) reflexiva, sino transitiva. En los tiempos que corren es más frecuente que ‘te jubilen’ a que ‘te jubiles’. Además la palabra ‘jubilado’, en lugar de la noción de júbilo o alegría, ha pasado a teñirse de una serie de connotaciones, al menos para el que observa, como un ente – sí, ente, más que persona – sin ‘oficio ni beneficio’, un señor obligado a cejar en la aventura de nuevos proyectos, alguien destinado a observar las obras municipales, o a tomar el sol en un banco hablando de las viejas batallas del pasado.

A lo sumo, se les concede , como un ‘regalo’, el ‘derecho’ a llenar los hoteles de todas las costas a bajo coste, cuando los desalojan los turistas. Para más INRI, se les llama también ‘pensionistas’ que más o menos equivale a ‘gorrones’. Como si estuvieran chupándose parte del fruto de los llamados trabajadores, activos. Ellos pasan a ser clases ‘pasivas’, o sea ‘padecientes’, pacientes. A veces, cuando los prohombres que manejan nuestros dineros, se sienten preocupados porque no les cuadran los números, dividen a sus administrados en ‘productivos’ y ‘pasivos’. Si uno se detuviera a adivinar lo que pasa por su mente, fija en los presupuestos y el dinero, es un no confesado deseo de que no crezcan demasiado los segundos y si pudiera ser – Dios no lo quiera, pero secretamente lo desean – que se apresuren un poco y no duren tanto. ¿Humor negro? No tanto, ellos se mostrarán políticamente correctos pero secretamente deseosos de no serlo.

Sin querer, el ‘jubilado’ al que pretenden quitarle el gusto de poder ‘jubilarse-alegrarse’ por su nueva situación de libertad absoluta para poder diseñar una vida nueva, sin el castigo del ‘tripalium’ o trabajo, se ve como aplastado por todas esas admoniciones que sobrevuelan sus cabezas: pensionista, clase pasiva, ‘tercera vía’, retirado y acaba adaptándose al cliché impuesto por un sistema en que todo funciona a base de factores como éstos: dinero, salario, trabajo, productividad, beneficios, pérdidas, presupuestos, bancarrotas, éxito, prestigio, triunfo...

Pueden seguir la letanía: Ora pro nobis.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Me gusta mucho que hayas abordado el tema de la jubilación y cómo lo has hecho. Yo creo que puedes ser una de las mejores etapas de la vida, y q si no se la valora es por lo capitalistas que somos...

Ya no gana dinero y si gasta... pues yo a mi abuela siempre le digo ¡Tú disfruta que ya has trabajado demasiado!

Besos
Anónimo ha dicho que…
Pues no sabe nadie lo que yo daría por poder dejar el tripalium ese, y dedicarme a la contemplación........de las obras o de lo que me dejen.

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