“ La vida es muy jodida”

Hoy no voy a hablarles de Honorato ni de Exigismundo del quien todavía no les he contado nada, y se las trae... Hoy voy a tomarme la libertad de hablarles de mí, cosa que no es muy recomendable. Le concederemos de todos modos el valor de la proximidad y de la cercanía que siempre es bueno, ya que nos movemos por el proceloso y engañoso mundo de la ‘comunicación’.

Pues resulta que ayer, después de haber dejado a mi amigo Honorato, al pasearme por una calle peatonal camino del aparcamiento donde había dejado mi coche , porque soy ‘autodependiente’ irremediable, al pasar por delante de alguien al que no había visto, oí está frase filosófica y lapidaria:

- “ La vida es muy jodida”

Volví la cabeza y vi a un hombre de unos 50 años, aunque quizá tuviera algunos menos pero por su aspecto, su bigote, su pelo despeinado, parecía de esa edad. La frase me llamó la atención, retrocedí dos pasos, y decidí conversar unos minutos con aquel profundo filósofo para hablar de la vida.

- “¿Por qué jodida?” - Me miró desde la profundidad de sus ojos conocedores de miserias que yo ignoro, como diciéndome.¿Qué sabrás tú de la vida? Además, si te empiezo a contar no me creerías. Esas preguntas no se hacen, sólo el plantearla quiere decir que no sabes nada de ella - Lo decía en un tono entre displicente y chulesco, como el que sabe de que habla y para lo que no tiene remedio.

- “¿ No trabajas?” le pregunté ingenuamente. Me miró como diciéndome. ¿”De qué irá este pardillo?”

- “¿Cómo voy a trabajar si no tengo casa? Y sin casa, nadie te coge”, como indicando la no-razón de estar allí sentado con un pañuelo de papel en la mano a guisa de bandeja petitoria, porque lo que realmente le pedía su cuerpo era estar allí. No quería confesar que no sé qué fuerza extraña le había hecho ‘hombre de la calle, sin techo, sin Dios ni amo’.

- “¿Y un albergue?”, sugerí sin mucha fe

- “Allí sólo te admiten unos días. Además no me gustan los albergues. Prefiero dormir en la calle. Tengo una manta. Y con un tono cheli y gestos del que conoce el percal y domina esos terrenos me pregunta.¿Tú sabes lo que cuesta una pensión en la Calle Castilla? 30 Eurazos! ¿Y de dónde saco yo los 30 Euros de los cojones? Además ahora llega el verano y con los turistas, no quieren ni verte.”

Me di cuenta que toda mi ingenua visión de la vida no soportaba el peso de dialéctica tan aplastante... Me di por vencido. Le di dos euros que llevaba sueltos para el parking y le dejé, allí en la calle con su: “ Qué jodida es la vida”

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Acostumbro a hacer ese tipo de cosas y me he encontrado en más de un problema, quizá porque no tengo el caparazón suficiente.
Bicos
Anónimo ha dicho que…
Es difícil saber lo que 'conviene' hacer cuando te encuentras a diario , a todas horas, casos semejantes.

Creo que nadie tiene la respuesta exacta y sobre todo, más difícil, saber qué es lo 'conveniente'.Cada uno tiene su/s respuesta/s

En cada caso, tengo una actitud diferente, sin saber explicar exactamente por qué.

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