Ritos y liturgias

Era domingo por la mañana, un domingo soleado. Apenas había gente por la calle. Él, había salido, cámara en mano a captar el pulso de la mañana. De búsqueda en búsqueda, se encontró delante de la Catedral. A la entrada, sobre un trono procesional una Custodia cobijada bajo una bóveda dorada, sostenida por cuatro columnas, esperaba sin duda un paseo procesional . Se celebraba la festividad del Corpus. De pronto pensó en tiempos atrás , en que por educación, por costumbre, por rutina había presenciado estos desfiles.

Cambios internos habían hecho que se alejara de estas ceremonias y que hasta cierto punto las sintiera ajenas, aunque percibía que dentro aún le habitaban de una extraña manera. Admiraba aquella procesión por el interior del claustro como si de un espectáculo artístico se tratara. Al fin y al cabo le habían empapado profundamente. Pero su sensación era distinta y pensó en lo que estos ritos y esta liturgia representaban.

El hombre actual ha olvidado quizá , que sigue siendo un ser hecho de rituales, de ceremonias, festejos, costumbres que se repiten en torno a los cuales participa con otros de sentimientos y emociones que comparten. Es cierto que en el mundo de hoy donde las costumbres y hábitos apenas tienen tiempo de cuajar porque vivimos a toda velocidad. Los rituales que congregan a las multitudes están hechos de ruido, himnos y estimulantes varios.

Por un momento se olvidó de todo y se concentró en aquella liturgia milenaria , que recorría parsimoniosa claustros centenarios, con vestimentas y atuendos de siglos, con ritos que se perdían en el principio de los tiempos. Pensó en él, en los hombres que necesitan habitar su soledad con compañía, con creencias, con himnos y estandartes. Y entre alejado y cercano vivió aquella liturgia a su manera.