Una mañana de invierno, de verano

- Buenas, ¿se puede?
- Adelante, ¿qué se le ofrece?
- ¿ Es ésta la Isla del Náufrago?
- ¿ No ha visto el cartel?
- Sí, claro, pero por algo tenía que empezar, como le veo a usted tan ocupado. Además es que esto no tiene pinta de isla.
- ¿Ah no? ¿Cómo ha llegado hasta aquí?
- Navegando
- Pues para venir navegando, le encuentro a usted un poco pez.
- Natural.
-¿Qué es lo que es 'natural'?
- Que los peces naveguen.
- Más bien, nadan . Dice que ha llegado hasta aquí navegando. ¿Dónde ha dejado el barco?
- Ahí, a la entrada. "¡¡Google!! (es el nombre de mi barco) saluda al señor"
- Náufrago, si no le importa.
- Bueno eso, saluda al señor...Náufrago
- Hola, señor Náufrago. Me llamo Google, para servirle.
- Pues por ahora no lo necesito. Desconfío de los barcos y más todavía de las barcas. Yo tuve una. Se llamaba "Ahítkedas" y ya ve dónde me ha dejado.
- Pero no todos somos iguales, ¿verdad patrón?
- Sí Google, pero el señor Náufrago tendrá sus razones. Además me parece que le estamos molestando.
- No, no me molestan, estaba viendo unas fotos que he sacado esta mañana
- Bonita mañana ¿verdad?
- Sí, preciosa. Ayer vientos que se llevaban los palos de este sombrajo, frío... y hoy un cielo azul y un sol que daba gloria.
- ¿Le gusta la fotografía?
- No sé si se puede llamar 'fotografía' a lo que hago. Simplemente miro, y si hay algo o alguien que sin saber por qué me 'habla', voy, y lo atrapo.
- Curioso. ¿Y se puede ver lo que ha 'atrapado' ?
- Mire, señor, no quiero parecer descortés, pero seguramente Google, su barco, sabrá decirle dónde y cómo verlas.
- Sí, venga, patrón. El señor Náufrago tiene razón. Yo voy a enseñárselas. Le dejaremos que las acabe de colocar y luego le indico cómo verlas.
- De acuerdo, Google. Dejaremos al señor Náufrago con su trabajo
- No es un trabajo, es un divertimento.
- Bueno, pues eso. Mientras él se divierte, nosotros vamos a seguir navegando. ¡Salud!
- Lo mismo les digo: ¡Salud , y buenos vientos!