"E non ho amato mai tanto la vita!..."
Esta noche de distintas emociones - con unos días de retraso- pero llegadas siempre a punto, he oído el aria de Tosca, cantada por Pavarotti. Quien me sugirió su escucha decía que se le ponía la carne gallina cada vez que la oía.
Para ella y para mí, quiero recoger aquí el canto último de Mario, solo, en su celda, despidiéndose de Tosca, mientras lucen las estrellas, huela la tierra, chirría la puerta que se abre y un paso apenas roza la arena, sentía los besos, los abrazos... Nunca había amado tanto a la vida de la que se despedía.
Y lucían las estrellas
y perfumaba la tierra
chirriaba la puerta de la huerta
y un paso apenas rozaba la arena.
Ella entraba fragante
caía en mis brazos
¡ah! dulces besos, o lánguidas caricias
mientras yo temblando
las bellas formas desembarazaba de velos.
¡Se desvaneció para siempre mi sueño de amor!
¡Ha terminado la hora
Y muero desesperado
Y nunca he amado tanto la vida!)
Para ella y para mí, quiero recoger aquí el canto último de Mario, solo, en su celda, despidiéndose de Tosca, mientras lucen las estrellas, huela la tierra, chirría la puerta que se abre y un paso apenas roza la arena, sentía los besos, los abrazos... Nunca había amado tanto a la vida de la que se despedía.
E lucevan le stelle,
e olezzava la terra
stridea l'uscio dell'orto,
e un passo sfiorava la rena.
Entrava ella, fragrante,
mi cadea fra le braccia.
Oh! dolci baci, o languide carezze,
mentr'io fremente le belle forme discogliea dai veli!
Svani per sempre il sogno mio d'amore...
L'ora e fuggita e muoio disperato!
E non ho amato mai tanto la vita!
- TRES TENORES:
Y lucían las estrellas
y perfumaba la tierra
chirriaba la puerta de la huerta
y un paso apenas rozaba la arena.
Ella entraba fragante
caía en mis brazos
¡ah! dulces besos, o lánguidas caricias
mientras yo temblando
las bellas formas desembarazaba de velos.
¡Se desvaneció para siempre mi sueño de amor!
¡Ha terminado la hora
Y muero desesperado
Y nunca he amado tanto la vida!)
Comentarios
Si, como acabo de hacer yo, se empieza por la de abajo, no me extraña que no queden muchas ganas de averiguar como son las otras dos. Y es que Carreras, con todos mis respetos, duerme a las ovejas en esta ocasión. Y te quita las ganas de seguir.¡Una pena!
Plácido solo consigue abrir un poco ese maravilloso tarro de las esencias de Puccini.
Pero la explosión, el auténtico perfume musical, el que produce que la piel se erice desde las rodillas hasta la raíz de los cabellos de cualquiera con un poquito de sensibilidad.....
Eso solo lo consigue la riqueza de la voz, la medida de los tiempos, el "sentimiento sentido", la maravillosa interpretación de Pavarotti.
Y es una pena que se lo hayan perdido los que se durmieron con Carreras y desistieron de seguir escuchando.
Gracias por subir las tres.