"Stand by", la vida de Villaquieta de Abajo

El Náufrago dejó las sevillanas y las gaitas asturianas y entró en la Hospedería Fonseca, antigua Facultad de Medicina que se encontraba cerca. Habló con el recepcionista y se dirigió hacia la sala de la derecha. Un cartel anunciaba “Stand By”, Jorge Gil Rodrigálvarez. En el centro de la sala de grandes baldosas de gres, le recibió Ramirín , un chaval pelirrojo, con un grueso jersey de lana, rojo, pantalones azules.

  • - “¡Hola! Bienvenido a “Stand-by”. Un capricho de Jorge, pero para nosotros siempre será “Villaquieta de Abajo”.


El Náufrago se sorprendió de que aquel muchacho que parecía de escayola o cartón piedra le hablara, pero cada vez hay menos cosas que le sorprendan. Además ¿ Por qué no iba a hablar, como los otros personajes que le rodeaban y permanecían quietos , como si la vida se hubiera detenido para ellos?. Sin embargo parecían vivos en su quietud sedente.

- No te extrañes, prosiguió Ramirín. Están así porque a Jorge se le ha antojado. Nos dejó aquí. Ahora vete tú a saber por dónde anda y cuándo nos llevará de nuevo a Villaquieta. Esto es muy aburrido. Aquí la gente que viene, no mucha la verdad, prefiere la fiesta. Nos miran, nos remiran, pero ninguno se interesa por nuestras vidas, aunque ahora estén quietas. Tenemos nuestras vidas. Yo soy todavía joven, pero estos que ves aquí: Fonso, ese tío gordo que está ahí repanchingao, fue Alcalde. Era el cacique del pueblo. Poseía tierras y se creía el dueño de todo. No tenía demasiadas simpatías entre la gente.

Aquella que vieja, desgreñá, que le da al cigarro, es la Señá Engracia, tiene bastante malas pulgas. Las malas lenguas del pueblo dicen que se liquidó al marido, el señor Antonio, el ‘Calzonazos’. Un pedazo de pan de hombre y al que la Engracia le hacía la vida imposible. Mejor que se haya muerto, por lo menos habrá descansao en paz.


A esa señora rubia que está ahí de pie, a mi izquierda, la del pantalón azul y el gorro blanco, la llamamos “Miss Cris”. Dicen que fue artista de cabaret se lió con un americano que la dejó plantada y se largó una jovencita. Apenas habla con la gente de Villaquieta. Se pasa el día en su casa con sus gatos, debe tener por lo menos doce, y sus dos perros, Pavarotti un samoyedo enorme y Brando, un pekinés que siempre tiene en brazos. Algunos dicen que está un poco ‘pasada’ del coco, pero conmigo se porta muy bien, cada vez que voy a hacerle algún recado. Un día me regaló una foto suya de artista y 20 euros por haberle llevado comida para Brando.


Epifanio y el tío Lucas, son muy amigos. Se pasan la vida en el bar, charlando, casi siempre de cosas de la guerra, porque, según dicen, estuvieron la mitad de la guerra en el frente de Teruel. Allí al tío Lucas una bala de mortero le arrancó el brazo izquierdo, con lo que se fue a su casa antes de tiempo. El tío Lucas es soltero empedernido y al Epifanio, se le murió la mujer hace dos años. De vez en cuando viene a verlo una hija que vive en la capital, casada con un fontanero. Tiene una hija que es más o menos de mi edad. Se llama Sara. A mí me gusta mucho. Siempre viene con faldas muy cortas, que casi enseña todo, o se pone unos pantalones muy apretaos y a mi se me van los ojos y más cosas.Ella no me hace mucho caso, porque dice que soy de pueblo, pero yo sé que se pone esas cosas pa provocarme, y a mí con poca cosa se me provoca.


Aquella señora tan elegante con sombrero, ‘fular’, bufanda o como se llame, de leopardo y collar de perlas es Doña Enriqueta, es la más rica del pueblo. La llamamos la Marquesa Vive en un chalet que está a las afueras y tiene varias criadas y doncellas que la atienden. Viene en un coche antiguo que conduce su sobrino Fredy. El tal Fredy lleva siempre cadenas y collares en plan moderno. Doña Enriqueta sólo pasa algunas temporadas en el pueblo, porque tiene una casa en la ciudad donde viven sus hijos...

Ramirín iba a contar más cosas del tal Fredy que debía estar liado en asuntos algo sucios, cuando llegó Jorge. Miró fijamente al muchacho y enseguida quedó rígido.

- “ Stand by”, dijo.

Todos los personajes se detuvieron de nuevo.
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Jorge Gil RODRIGÁLVAREZ (Jaca, 1981)

Muestra en su proyecto un total de 8 esculturas figurativas de tamaño real en las que profundiza en la expresividad de las formas ‘no bellas’. En ellas hace un guiño a la arquitectura del cuerpo humano jugando con los elementos y trucando la naturaleza para reforzar una intención siempre valiente.

-Formación Académica:

-Actualmente cursa 5º de Bellas Artes Universidad de Salamanca
-2002-03 Técnico Auxiliar en Diseño Industrial Escuela SISTEMA. Navarra
-2000-02 Técnico Superior de Artes gráficas t Diseño en Artes Aplicadas a la Escultura. Escuela de Artes y Oficios de Pamplona

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