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La carioca
Sonó la chirimía, sonaron los tambores y sus pies saltarines empezaron a danzar el baile más alegre. Su sonrisa se puso a la cabeza del desfile, marcando con su cuerpo y con sus brazos el ritmo de la marcha.
En sus manos, dos cintas de colores - dos cariocas- marcaban el compás de músicos y danzante... sonriendo, trazando en le aire onduladas líneas de colores. Se iluminaba la mañana, se iluminaban los ojos.
Los niños miraban sorprendidos un juguete por ellos nunca visto, un juguete que les ha sido hurtado, tan sencillo, como un saquito, una cuerda, una cinta de colores. Gira, gira y...¡Uuuup, arriba! Para lanzar de nuevo la cometa que caerá a los pies, después de su viaje hacia los cielos
¡LA CARIOCA!
Comentarios
El juego es ante todo actividad, creatividad, imaginación. Y eso no se fabrica.
Me alegro que esta cinta de colores nos haya unido en la evocación de algo tan sencillo como la emoción que produce en un niño una carioca.
Gracias por dejar tu comentario, anónima:-)