De nacionalismos , odios y exclusisones

"Lorsqu'une fois le fanatisme a gangrené un cerveau, la maladie est presque incurable."
Voltaire: Dictionnaire Philosophique


Pues ya ven, a veces el Náufrago, naufraga en el mar de sus reflexiones , sentimientos o emociones. Y no dirá como el poeta cojitranco aquello de:“Miré los muros de la patria mía,/ si un tiempo fuertes ya desmoronados / de la carrera de la edad cansados /por quien caduca ya su valentía....”

Entre otras cosas , porque el Náufrago es poco amigo de patrias que se defienden con espadas, ni las considera algo digno por lo que dar la vida inútilmente. Si hay que dar la vida, sólo la fidelidad a uno mismo, merecería la pena. Las patrias están hechas a veces de una mezcla de amores y de odios y no se puede obligar a nadie a amar lo que no quiere y nadie puede impedir que los que odian algo, lo amen por imperativo legal.

Digo esto que puede parecer misterioso o abstruso al contemplar las derivas patrióticas que se están produciendo en esta , llamémosla Península. Como nadie me paga para ser políticamente correcto, ni mis palabras van a alterar la opinión pública, ni debo fidelidad a ningún partido político, ni estoy en la nómina de ningún imperio mediático , tengo el privilegio de poder decir lo que pienso y, por supuesto, poder equivocarme yo solito.

Que el concepto España, tal y como nos metieron en la cabeza los de “por el Imperio hacia Dios”, o precisamente por eso, se está, no desmenuzando en pequeños ‘imperitos’, nacionalidades y naciones ‘exclusivas’ y estados reducidos, sino rompiéndose del todo, es algo que la conveniencia, la corrección política o el propio autoengaño tratan de ocultar inútilmente. Es como si esas ‘cosas’ se produjeran en una fecha concreta que posteriormente son recogidas por las diferentes historias de la Historia, y no en el proceso de una más o menos larga peripecia, que espera el momento de fragilidad oportuno para que suene el “Ya está hecho”.

Sería incluso beneficioso para todos que el proceso no se eternizara y cada cual supiera cuál es su sitio. Los períodos de ‘crisis’ que se alargan, pueden ser necesarios, pero no hacen nada más que prolongar una muerte anunciada. Lo que sucede en la nación de Catalunya, en el Estado de Euskadi, o en la incipiente nación Galaica, no hace falta que espere ningún referéndum. El refrendo de imponer lo que algunos quieren se hace ya todos los días, no dejando vivir a los que no opinan lo mismo.Tardará más o menos , pero de hecho ya existe. Lo siento por los que aún luchan , sufren y son atacados, por defender lo que ellos sienten . Les apoyo, me solidarizo con ellos y los comprendo, pero cuando la maquinaria del absolutismo, del odio, de la exclusión se pone en marcha – y son varios años ya los que se lleva engrasando – arrolla a todo lo que se pone por delante.

Los nacionalismos, cualquiera que sean, como todo totalitarismo religioso o político, son ciegos, excluyentes. El amor por lo propio se nutre del odio del ‘otro’ o de lo que resulta ajeno, extraño. Y eso no hay consenso, ni concesión que lo sacie, porque, ‘per se’, es exclusivo.


Entré en mi casa; vi que, de cansada,
se entregaba a los años por despojos;
hallé mi espada de la misma suerte;

mi vestidura, de servir, gastada;
y no hallé cosa en que poner los ojos
que no fuese recuerdo de la muerte.
Francisco de Quevedo


Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Desgraciadamente vivimos en un país en el que sufrimos el nacionalismo digamos español y el no menos nocivo nacionalismo digamos periférico.
Es inadecuada la misma concepción del Estado con una especie de modelo mixto, ni centralista ni federalista, hecho a la medida de los diferentes grupos de poder político (entiéndase en términos territoriales) y de espaldas a las verdaderas necesidades del ciudadano que, de facto, se ve discriminado individualmente en relación al territorio mediante un sin fin de normativas autonómicas que sólo son válidas en su área geográfica y que implican una multiplicidad de trámites absurdos y en cierto modo innecesarios si estuvieran regulados de forma común, por un órgano de gobierno centralista o federalista, lo mismo da, aplicable a todo el territorio de lo que todavía se conoce como Estado Español.
Mientras tanto, vivimos como en precario, con una cámara territorial, el Senado, que no ha desarrollado su función y es, de facto, una mera comparsa de la cámara de diputados cuando debería servir para armonizar y unificar toda la legislación de ámbito autonómico.
Frente al nacionalismo de todo tipo, español o periférico: CIUDADANIA; entendida como el ejercicio de nuestros derechos individuales frente a los derechos "colectivos"(?) que estos nacionalismos trasnochados que padecemos se arrogan.
Anda y que nos den.

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