Usted, D. Marcelino... ¡ al jardín!

- " Usted , D. Marcelino ¡ Castigado, al jardín!" Eso parece ser que ha dicho Doña Rosa Regás a uno de su predecesores en la dirección de la Biblioteca Nacional. No sé si a Doña Rosa le molestaba la estatua de ese señor , casi desconocido, con el que se supone que se encontraba cada día que iba a su despacho, suponiendo que sus ocupaciones le permitan acudir cada día a su puesto de trabajo. No le debía gustar mucho aquel señor que se pasaba todo el santo, perdón, todo el jodío día, leyendo libros raros.

Así que siguiendo la moda de cambiar de sitio las viejas estatuas de tan funestos recuerdos, parece ser que la del sedente señor leyente, Doña Rosa ha decidido que se vaya a tomar el aire al jardín de la docta Institución.

La razón no se sabe bien por qué. En estos casos siempre hay a mano, alguna remodelación, alguna obra, porque en estas ocasiones no es muy políticamente correcto decir: "Pues simplemente, porque a mi me da la republicana gana. Este señor era un misógino, un retrógado y un facha, y a mí esa gente me cae gordo, por muy "polígrafo" que sea, por muchos libros de filosofía, literatura o historia de las ideas haya escrito, o por muchos puestos de Catedrático , Director de la Academia de la Historia o de esta misma Biblioteca haya ocupado. Aunque tengo que reconocer que 'Escribió la 'Historia de los heterodoxos', porque le interesaba mucho la heterodoxia (frase textual)" Nótese lo perspicacia y la comprensión de la ilustre escritora...

A esto se le llama "talante". O igualmente , confundir el culo con las témporas.

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No tienen por qué hacerme mucho caso. Pero si quieren leer algo más sobre el asunto, les puedo indicar el artículo que ha provocado el que yo escriba este " textículo" - texto pequeño- esta tarde de domingo.

" ¡No se me acatarre, Don Marcelino!" (Diario Montañés" 12/03/2006)