Día mundial del Teatro - 27 de Marzo de 2006

UN RAYO DE ESPERANZA
Mensaje internacional: Víctor Hugo Rascón Banda (México)

"Todos los días deben ser días mundiales del teatro, porque en estos 20 siglos, siempre ha estado encendida la llama del teatro en algún rincón de la tierra.

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El teatro conmueve, ilumina, incomoda, perturba, exalta, revela, provoca, trasgrede. Es una conversación compartida con la sociedad. El teatro es la primera de las artes que se enfrenta con la nada, las sombras y el silencio para que surjan la palabra, el movimiento, las luces y la vida.

El teatro es un hecho vivo que se consume a sí mismo mientras se produce, pero siempre renace de las cenizas. Es una comunicación mágica en la que cada persona da y recibe algo que la transforma.

El teatro refleja la angustia existencial del hombre y desentraña la condición humana.. A través del teatro, no hablan sus creadores, sino la sociedad de su tiempo.

El teatro tiene enemigos visibles, la ausencia de educación artística en la niñez, que impide descubrirlo y gozarlo; la pobreza que invade al mundo, alejando a los espectadores de las butacas y la indiferencia y el desprecio de los gobiernos que deben promoverlo.

En el teatro hablaron los dioses y los hombres, pero ahora el hombre habla a otros hombres. Por eso el teatro tiene que ser más grande y mejor que la vida misma. El teatro es un acto de fe en el valor de una palabra sensata en un mundo demente. Es un acto de fe en los seres humanos que son responsables de su destino.

Hay que vivir el teatro para entender qué nos está pasando, para transmitir el dolor que está en el aire, pero también para vislumbrar un rayo de esperanza en el caos y pesadilla cotidiana.


¡Vivan los oficiantes del rito teatral! ¡Viva el teatro! "

Comentarios

Enrique Gallud Jardiel ha dicho que…
¡Qué dire yo del teatro, yo que lo amo como a nada, hijo de actores, criado en un escenario! Cuando salgo a escena, puedo asegurar que no hay cocaina que produzca esa sensación.
(No sé, por otra, parte, qué tiene que vert el teatro con la bufanda de Valle, al que el teatro le gustaba más bien poco.)
Y, ya puestos, quiero denunciar a algunos enemigos del teatro. No la tele ni el cine, sino algunos actores "progres" de nombre infausto que, en su día y en nombre de reivindicaciones sociales que en su caso no debían aplicarse, se manifestaron (y consiguieron) la función únicaa, bajo el pretexto (era mentira) de que trabajaban demasiado. Yo he sido actor profesional (entre otras muchas cosas) y puedo asegurar que un ensayo y dos funciones diarias no son trabajo excesivo: mucho más llevadero que siete horas en una oficina. Pero ellos consiguieron la función única, con lo cual, lógicamente, se doblaron los precios de las localidades y el teatro quedó fuera del poder adquisitivo de muchos (jóvenes o no). Las progresistas anabelenes de este país se cargaron el teatro en su día y está bien que esto se recuerde.
Douce ha dicho que…
De tu comentario, me quedo con ese amor por este arte mágico del teatro y que se cuela por entre cada una de las palabras y los renglones de tu mensaje. Quizá no hubiera sido necesario que lo proclamaras en letra alta, porque todo lo que escribes sabe a teatro en el más sublime significado de la palabra.

No sé si la vida es sueño, o es teatro. Todos necesitamos "actuar" de uno u otro modo, desdoblarnos en los múltiples personajes que somos, que sentimos. Siempre en busca de "nuestro" papel, aquel que ensayamos de por vida y nunca acabamos de perfilar.

Ser actor, con todas las incertidumbres que pueda acarrear este incierto oficio, no deja de ser también un privilegio. Poder desdoblarse, perderse o ganarse en distintos personajes. Poder ser "otro" y liberarse de uno mismo, durante unas horas, durante días...

Casi he terminado la revista Palabras Mayores de la que te hablé. Aunque está pendiente de últimas correcciones, puedes echarle un vistazo si quieres.

Gracias por tu colaboración desinteresada, gracias por este placer de poder comunicarnos

http://www.telefonica.net/web2/coinjulio/pmarzo06.pdf
Anónimo ha dicho que…
Como no pongas el reloj en hora, llegarás tarde a la única función teatral.
Se trataba de a-de-lan-tar una hora, no de atrasar (me callo lo de "zoquete").

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