Luto en Downing Street


Parece ser que en Downing Street están de luto por la muerte de “Humphrey”. Un gato callejero, que haciendo honor a sus siete vidas, ha visto pasar por el número 10 a Margarita (Tatcher) a Juan (Mayor) y Toñín (Blair).

El famoso felino provocó sesudos debates en The House of Commons Chamber a causa de sus excursiones nocturnas por si era algún camuflado de Scotland Yard o el propio Bin Laden. Nadie se atrevía a ponerle el cascabel al dichoso gato, porque todos querían llevárselo al agua , sin éxito al parecer.

- "Aquí hay gato encerrado” , dijo un toryto enfadado. Bueno en realidad dijo algo así como: “Here, there is an enclosed cat

-“You want to give me cat by hare”, ( tú a mí no me das gato por liebre, chato), le respondió un labourdor. Para ti todos los gatos serán pardos , pero Hmphrey era blanco y negro, Black & White, le respondió con voz del whisky.

Parece ser que el minino murió de una enfermedad renal. Así que ya sabemos por dónde hay que oler al responsable. (Scotland Yard, está investigando)

Comentarios

Enrique Gallud Jardiel ha dicho que…
Divertida entrada. Tu blog tiene siempre un elemento magnífico de sorpresa. En otros, si los consultas a diario, siempre sabes más o menos qué vas a encontrarte. Cualquier acontecimiento político o el estreno de cualquier cosa anima a muchos a decir lo mismo de mil maneras distintas. Tú no, y eso es un gran valor.
Yo soy amigo de todos los animales, aunque me inspiran especial cariño los mamíferos. Pero, por mi dilección por los perros, el gato resulta, si no un enemigo natural, un tanto ajeno. He tenido y los he querido, pero no son comparables a los perros. Sí recuerdo con especial cariño aquel cuento de Kipling, de "Precisamente así" (Just-so stories), sobre "El gato que va solo y todos los lugares le dan lo mismo", símbolo precioso de ese individualismo que ha hecho progresar a nuestra especie a pesar de todos los partidos, las organizaciones, las iglesias y los comités. ¡Brindemos pues por el gato eterno, a la manera egipcia!
Douce ha dicho que…
El auto/heterobombo que nos dedicamos, creo con bastante razón -fuera las falsas modestias que ya nos encargamos también de autoculparnos- creo que nos sirve de estímulo para seguir escribiendo sobre lo que nos salga de los mismos. Precisamente en esta época en que son muchos los que quieren "encarrilar" nuestras "desmadradas" vidas, es bueno tener un tubo de escape para escribir sobre lo que nos plazca.

Comparto tus sentimientos hacia los gatos , yo también tuve una gata, "Niebla", que hubo que ceder (alergias) a la madre, viuda, de un amigo a la que hizo una feliz compañía durante varios años. Pasamos un mal momento cuando tuvimos que desprendernos de ella. Pero era eso: una gata. Individualista,cariñosa, pero a su gusto.

Luego vino Douce y , aunque es absurdo comparar perros y gatos, prefiero a mi perra, porque me permite "comunicarme" más, sabe escuchar y también taparse los oídos cuando no le interesa. Pero en la vida , a veces debemos ser también "Niebla".

Recuerdo siempre la canción de G. Brassens "La mauvaise réputation", traducida a su modo por Paco Ibáñez:

"Tengo mala reputación,
Haga lo que haga es igual
Todo lo consideran mal,
Yo no pienso pues hacer ningún daño
Queriendo vivir fuera del rebaño ;
No, a la gente no le gusta que
Uno tenga su propia fe
Todos todos me miran mal
Salvo los ciegos es natural."

Algún día habrá que hacerle un homenaje al gato.
Enrique Gallud Jardiel ha dicho que…
Genial Brassens y, sobre todo, aquella estrofa que hoy en día es tan necesaria.
"Cuando la fiesta nacional / yo me quedo en la cama igual,/que la música militar /nunca me supo levantar."
Ya hay un homenaje al gato: "La gatomaquia" de Lope, ese autor ignorado de puro famoso y que tocó absolutamente TODOS los temas.
Un abrazo

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