¡Mal (h)aya sea!

PRESUNTOS Y CONVICTOS
Más de cuatro veces ha intentado el Náufrago iniciar esta reflexión y las cuatro las ha borrado. Lo que acaba de escribir tampoco le satisface, pero no es cuestión de quedarse aquí atollado. No sabe realmente qué motivo le ha llevado a dedicar una parte de su tiempo de una tarde de sábado a hacer una reflexión, estrictamente personal, sobre lo que ha titulado: “¡Mal (h)aya sea!” Porque ‘mal’ y repulsa es lo que siente al ver que a estas alturas, volvamos a tener que aguantar semanas y semanas, páginas y páginas, tertulias y tertulias, chismes y más chismes, ‘presuntos’ y ‘presuntas’ de una más de tantas miserias a las que asistimos, como, algo ‘normal’. Nos vamos habituando a todo.

En la cabeza del Náufrago y aún menos en su campo emocional, cabe que se pueda vivir como la de estas personas que aparecen más arriba. Que hayan ‘presuntamente’ vivido de la forma que nos han contado y que sigan alimentándose de lo ‘supuestamente’ vivido. Y no son ellos los principales responsables de lo que entorno de ellos se mueve. Parece que comer ‘mierda’ (sin ningún perdón) es ‘nutritivo’ para los que sin haber participado directamente en la “Operación” dan pábulo a los ‘presuntos’ y ellos, -confesos y convictos- aprovechen la circunstancia, para sonsacar, acusar, asesorar, denunciar, chapotear en tanto estiércol. Al Náufrago le ha costado llegar hasta aquí, de verdad. Aún siente remordimiento de haberlo hecho y ha estado a punto de borrarlo. No debe de ser verdad que parte de este mundo esté hecho con estos ingredientes.
***
... El Náufrago ha dejado de escribir, ha mirado a su perra que está durmiendo sobre la alfombra. ¿En qué mundos sueña? Su universo es limitado pero pleno, vive cada segundo, cada minuto, no necesita de ‘espectáculos’ y es feliz. Ni fatiga, ni dolor, ni ansiedad, ni hastío, ni aburrimiento. Vive tranquila, incansablemente tranquila.

Comentarios

María ha dicho que…
La corrupción a todos los niveles, es el leit motiv de la información, blanca y amarilla.

Primero la consentimos durante años y años, pero un buen día nos echamos las manos a la cabeza, a partir del cual, nos las bajamos y nos las frotamos viendo como pillaron a los que siempre miramos con los ojos como platos, ahora toca ver como se arrastran del banquillo a los platós y después ¿qué?

Muy fácil ¡¡vuelta a empezar!! :-)


Más besos

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