Lunes de aguas

SALAMANCA ESTÁ DE FIESTA

La 'historia' que voy a contar la conocen todos los salmantinos y más gente.
Aquí la cuento para aquellos que no la conocieren,
porque no deja de ser curiosa e 'instructiva'.

Con eso de las cumpleaños, al Náufrago se le había olvidado dar a conocer , una vez más, una historia, leyenda, tradición salmantina o lo que sea. Lo cierto es que hoy se festeja en Salamanca: 'El Lunes de aguas'. Día en que las prostitutas, rameras, cortesanas, busconas, furcias, meretrices…o como quieran llamarlas, porque ninguno de los nombres le gustan al Náufrago, por lo que de menosprecio significan, traspasaban el río Tormes para volver a la llamaba ‘Casa de Mancebía’, su local de trabajo.

La historia cuenta, que allá en tiempos de Felipe II, rey piadoso y riguroso donde los haya, decidió que en tiempos de cuaresma, la población estudiantil sobre todo, había de abstenerse de todo tipo de "carne" para dedicarse al ayuno y la abstinencia. Esto quiere decir que Salamanca, que contaba entonces entre sus 8.000 habitantes (Madrid tenía a la sazón 10.000 del mismo género, sirva la 'comparanza') un gran número de estudiantes, algunos acompañados con sus respectivos criados, población que, como es de rigor, más que a los libros, se entregaban a otro tipo de quehaceres. No es de extrañar pues que la ciudad estudiantil gozara de una Casa de Mancebía, concedida por real licencia del Príncipe Juan ( hijo de los llamados Reyes muy Católicos y conocido por sus excesos) y uno de los tres más celéberrimos "Barrio Chino" de Europa. 'Helmantica docet... et 'altera'.

Como decíamos, el susodicho rey decretó que durante el tiempo de cuaresma, las prostitutas de la ciudad, fueran trasladadas del centro urbano hasta la otra orilla del río Tormes y que fueran custodiadas por el "Padre Putas" que en mis tiempos de niño, ignorantes de estas historias corríamos tras él, en forma de cabezudo de las Ferias cantándole: " El Padre Lucas y la Lechera que vende leche a cuatro perras", y después, la consiguiente carrera. El tal clérigo era el encargado de vigilar, cuidar, atender y proveer de alimentos, medicinas y todo lo necesario a las prostitutas, así como cuidar para que durante los días de fiesta y Cuaresma "no estén las dichas mujeres ganando en la dicha mancebía, so pena de cien azotes y el dicho padre no las consienta so dicha pena", según reza en la orden real

El hecho es que si nos atenemos a esta historia, las rameras no regresaban a la ciudad hasta el lunes después del Domingo de Pascua. Tenía entonces lugar una singular ceremonia , los estudiantes y demás personal joven tras tanta abstinencia de carne se dirigían en barcas engalanadas, agitando ramas ( de ahí ‘rameras’) al otro lado del río, para recibir a las etairas con jolgorio , cantos, bailes , hornazos y celebrar de este modo tal feliz regreso, en la ribera del Tormes.

Hoy día, aunque se supone que los salmantinos se abstienen menos de los goces de las carnes tolendas, siguen festejando el Lunes de Aguas, saliendo al campo o a otros lugares para compartir entre cantos y festejos: hornazo , vino y otros yantares. El hornazo que es de rigurosa obligación degustar es una especie de empanada rellena de carne de cerdo (chorizo, jamón, lomo), que el Náufrago no ha podido saborear este año.

Comentarios

Campurriana ha dicho que…
Gracias una vez más, Náufrago. Estuve en Salamanca, como bien sabes, hace poco y ya me siento parte de ella...por su ambiente castellano, por sus tapas, por su arte, por sus gentes, por sus mil y una historias...como ésta y como muchas otras...
Douce ha dicho que…
Lo celebro Campu.

Aunque no tengo ninguna 'autoridad' en la ciudad en que nací, me arrogo la libertad de nombrarte 'salmantina de corazón'.

(Te advierto que este título vale más que el del Alcalde.)

Cada cual puede sentirse 'hija adoptiva del corazón', de cuántas ciudades le apetezcan.

Bienvenida:-)
Campurriana ha dicho que…
Náufrago, me has recordado una experiencia vivida en Salamanca...la he escrito hoy en mi blog...otra de las historias de la ciudad...al menos, otra de las pequeñas historias de los viajes que dejan huella...que son casi todos...

Agradezco el título concedio. Más que si fuese el de alcaldesa...no valgo yo para tales menesteres...jeje
Sylvia Otero ha dicho que…
Qué gracioso!! Ayer en el programa que te comenté en el otro post vi la hornaza y me preguntaba adonde la había visto antes .....

Pensé que en otra vida había estado por allí, pero ahora me doy cuenta adonde la había visto.

Qué rico que debe ser!!

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