El PARTIDO

DE ESCÉPTICO A FOROFO

Hoy iba a escribir una diatriba contra el fútbol. O para ser más exactos, contra los 'forofos', pero no sé si lo he conseguido. Iba a decir que son unos ‘alienados mentales’, incapaces de tener ‘ideales’ más altos, ni algo más interesante en que ocuparse que 'transfigurarse' en unos señores en calzoncillos dando patadas y patadas a una cosa redonda, cuando no es en el tobillo del ‘enemigo’. Eso son los ‘otros’,tuercebotas, los que no son los ‘nuestros’, o sea, los que no son ‘nosotros’. Porque no sólo durante noventa minutos dejamos de ser nosotros, es toda una semana, una temporada, una vida. Por ello somos capaces de hacer cualquier cosa. Esperar horas y horas, meternos viajes de ida y vuelta en un autobús, no dormir, llorar, desesperarse y muchas cosas más que me callo, porque va a empezar el partido.

Iba a decir si tenía sentido que llevara días, semanas, meses, pensando en ‘este partido’, que toda mi vida, mi trabajo, mi familia, mis pensamientos todos, estuvieran pendientes del ‘resultado’ de esta noche. Porque vencer hoy, era revivir y olvidarme de todos los problemas de esta puta vida. Al carajo la crisis, el desempleo, las gilipolleces de los políticos, las bancarrotas o cualquier otra nimiedad ante el ‘Partido del siglo’ (uno de ellos).

Todo mi ánimo, mi ser entero cambiaría, si los ‘míos’ metieran esa cosa redonda entre los palos del ‘enemigo’, porque no son ya los ‘otros’, los adversarios, los ‘suyos’. Tenemos que aplastarlos, humillarlos, que no levanten cabeza en lo que queda de Liga. No se trata de ganar por ganar, hay que aplastarlos, que se sientan humillados. Porque no son los ‘nuestros’ los que ganan, ganamos 'nosotros'. Somos todos UNO. Para eso les hemos pagado no sé cuántos millones, ¡qué importa eso, son los ‘nuestros’! Nos gusta verlos hacer virguerías con el balón, dar a los ‘otros’ con un palmo en las narices. Qué importa, si lo que cuenta es que echemos todas nuestras frustraciones personales fuera y somos ‘nosotros’ los que hacemos el dribling, uno, dos, tres , los que haga falta ,con tal de que la cosa redonda entre y deje al portero con cara de rabia y de impotencia.

Tenemos que ganar. No soportamos que ese señor de negro no pite esa clarísima patada de ‘penalty y expulsión’. ¡Ay de él si no lo pita! No habrá piedad para él, para su madre y toda su familia. Hay que saber cómo se sienten estas clarísimas injusticias. Los ‘nuestros’ no han hecho esa falta, ni estaban ‘en orsa’ cuando dispararon a puerta. ¿Dónde están tus gafas, linier, manta? Tenías que estar machacando terrones, en lugar de hacer mamonadas con el banderín. Señores linieres, señor árbitro, nuestro trabajo, nuestra salud, nuestro ánimo, nuestra vida entera y la de nuestros hijos, depende de su pito.

Comentarios

Campurriana ha dicho que…
Tal cual, Náufrago. Tal cual...

Y es que nunca podré entender esta especie de alienación salvaje y absurda. Moderación, por favor. Moderación.

He aquí un ejemplo de cómo es la sociedad que quieren los que están arriba.

Por cierto, ¿hay alguien ahí?...no se escucha nada. Acaba de empezar el partido.
Julio ha dicho que…
Campu,

Preguntabas si había alguien 'ahí'. No, no estaba. Pero tampoco estaba viendo el partido:-)

Dices que no lo puedes entender. No es tan difícil saber por qué alguna gente necesita afiliarse a un partido, a un club, y a otras asociaciones, necesita juntarse con los suyos, seguimos siendo gregarios. Diría algunas cosas más, pero prefiero no generalizar.

A estas horas, unos estarán saboreando la 'victoria' y a otros les espera una semana fatal.

Buen domingo. No creo que tu sufras demasiado por ello.

Buen domingo
Campurriana ha dicho que…
Pues la verdad es que no sufro mucho, Náufrago. Hoy para mí todo sigue igual...si hubiese ganado el Madrid sería lo mismo...Si puedo elegir, pues elegiría la victoria del Madrid por aquello de ver a mi tío contento...

:)
Julio ha dicho que…
Estamos igual entonces. Hay tantas cosas más importantes que nos alegren o entristezcan, que eso,afinidades aparte, no deja de ser un episodio sin importancia.

Hay cosas muy pequeñitas que nos proporcionan alegrías enormes.

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