Día del Libro, libre.

EL DÍA QUE OLVIDÉ LOS TIRANTES

Aquí hay ‘Día’ para todo: el Día del Padre, de la Madre, del Orgullo Gay, de la Mujer trabajadora, del Hombre perezoso, del Maestro, de los Inocentes, de San Valentín, del Jubilado… (Bueno ése no sé si existe, porque no tiene demasiado rendimiento comercial) Total, que al calendario le faltan días. Hoy, al menos por estos pagos, es el Día del ‘Diez por ciento’, llamado también ‘Día del Libro’. De todos los que he citado es uno de los días que si me gusta celebrar. No está dedicado a ninguna persona o profesión, sino a algo que nos puede enriquecer, aunque a lo mejor haya gente que no haya abierto las páginas ni del Libro de Familia. Pero bueno, cada cual se alimenta de lo que quiere.

Hoy también, por estos pagos/debos, se homenajea a un escritor. El protocolo aconseja que se conceda el dicho galardón a autores del lugar y a los de allende del Océano donde se habla esta lengua, llamada castellano y a veces español. El que esto escribe, para vergüenza suya, no había leído nada del homenajeado y ha tenido que ponerse enseguida al día, nunca mejor dicho. Vergüenza es que uno sepa quién es el Cristiano Ronaldo, la Pantoja, la Aído, un tal Zapatero, otro tal Rajoy, hasta un tal Gürtel (bueno, estos deben ser varios…) y no sepa quién es José Emilio Pacheco. (Aquí, el Náufrago, se da golpes de pecho, y confiesa su ignorancia)

Pero para eso están estos ‘Días del Cervantes’. Además, con este libro que llaman ‘Internés’, en un periquete te pones al día y te das un barniz de cultura barata. En un santiamén te enteras de su vida, sus obras, sus idas y venidas, sus clases, sus direcciones editoriales, sus poemas, sus ensayos… Y descubres de paso a una persona cercana, tímida, que se olvida de ponerse los tirantes y se le caen los pantalones delante del Rey. Todo eso anima y acerca. De repente, además del autor, el profesor, el poeta, ves al ‘Hombre’ y le encuentras sencillo, asustado, con ataques de timidez, hablando de Cervantes.

Oyes cosas como éstas: “Soy brutísimo y torpísimo, ni siquiera podía subir al púlpito, y después leyendo, me sobrevino un ataque de timidez… una tarea diferente a la de hablar porque te estás tapando la cara… "Yo nunca había usado traje de pingüino, eso me parece bien porque es un recordatorio de que todos somos frágiles y que todos podemos pasar por el ridículo…” Cuando encuentras a un hombre así, te das cuenta que, aparte de los laureles literarios, se merece el Premio de Hombre.

Por eso el Náufrago ha dedicado unos momentos a leer varios de sus poemas y de ellos, ha escogido éstos. ¡Enhorabuena, señor galardonado! Por doble motivo, por escritor y por humano.

Foto: "El País"

Poemas

Comentarios

Sylvia Otero ha dicho que…
Hola! El año pasado en esta misma época estaba en Buenos Aires asistiendo a la Feria del Libro. Tampoco conocía a este señor y al buscarlo en la güeb me percato de que tampoco conozco a todos los que figuran allí como los de la generación del 50 o algo así.

Es que hay mucha información para digerir.

Lo bueno está en poder decir: hoy conocí o aprendí algo nuevo.

Gracias por compartirlo.

Un beso,
Julio ha dicho que…
Hola, Sylvia

Cada vez que descubrimos a una persona, rica en vida, experiencias, y lecciones, nos enriquecemos un poco.

En esta primera aproximación a José Emilio Pacheco, a través de su biografía, algunos de sus textos, pero sobre todo a su 'actuación' o 'mostración' personal en la cátedra de Alcala, me ha dejado el sabor de una persona sensible, natural, con sus aparentes 'debilidades' que son muestras de un hombre sin ínfulas, sin vanos adornos, sencillo.

Su actitud, sus palabras sinceras, valen muchísimo más, al menos para un Náufrago, que los discursos mejor elaborados y eruditos. Y no digo nada si lo comparamos con estos que cada día nos sueltan una retahíla de frases vacuas, de sonrisas fingidas y de nulos hechos. Todo 'fachada', poco dentro.

Todo esto me recuerda la 'historia' de Diógenes de Sinope y siento la misma necesidad: Pasearme por la calle a la luz del día, con la lámpara de la curiosidad en la mano e ir diciendo: "Busco un hombre". Y es que no es fácil encontrarlo.

Feliz fin de semana

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