Paseo por la bahía

LOS BARCOS, LA GENTE

Pasear por la bahía es siempre un placer para los ojos, un sosiego para el ánimo y una muda pero elocuente lección de vida. El Náufrago iba a ver los barcos que mañana inician el Mundial de J80. Halló los barcos amarrados en el muelle, pero sobre todo se encontró con pedazos de vida. Al lado de los esbeltos yates de competición, vio al pescador pintando su modesta barca, enamorados navegando por la dulce agua de los besos, el pescador con sus aparejos, niños, mujeres y hombres mirando al mar o paseando. También encontró a alguien que tiene su 'casa' en una acera. Para ella el mar tiene el color gris de la miseria.

En la presentación donde reunió algunos de esos instantes debía aparecer este soneto de Gerardo Diego. Misterios de la técnica han hecho que ni el título ni en su última diapositiva aparecieran, por eso aquí recogemos el soneto del poeta que escribió: "Mi Santander, mi cuna, mi palabra".


Cristal feliz de mi niñez huraña,
mi clásica y romántica bahía,
consuelo de hermosura y geografía,
bella entre bellas del harem de España.

La luna sus mil lunas en ti baña
-tu pleamar, qué amor de cada día-,
y te rinden reflejo y pleitesía
montañas, cielo y luz de la Montaña.

Mi alma todas tus horas, una a una,
sabe y distingue y nombra y encadena.
De mi vivir errante fuiste cuna

nodriza, y de mis sueños madre plena.
La muerte, madre mía, a ti me una,
agua en tu agua, arena de tu arena.

GERARDO DIEGO

Comentarios

Sylvia Otero ha dicho que…
Es muy importante poder percibir pedazos de vida, en general estamos tan apurados que muchas veces lo pasamos por alto.

Joyeux dimanche!

Entradas populares