El niño y el perro

EN LA PLAYA

El Náufrago no es de los que va a la playa a pasar horas y horas, panza arriba, tomando el sol. Ustedes dirán, y con razón, ¿Y a nosotros qué coño nos interesa qué hace el Náufrago en la playa?. Aceptada la observación que es muy oportuna, porque cada cual va a la playa a lo que le apetezca. Por ejemplo, llevar sombrillas, hamacas, la nevera con sus cervezas, Caseras, tinto de verano, gambas, langostinos, o chistorra. También pueden ir con la baraja y echarse una partida de cartas y recoger los bártulos a la hora que les venga en gana.

Lo que pasa es que el Náufrago es un tío raro y lo más que lleva además de las gafas para ver un poco el fondo del mar, a veces le acompaña Douce si es día de poca aglomeración. Pero al ser hoy domingo fue solo. Se bañó y luego observó una pequeña escena, sacó su máquina y quiso reflejarla porque son dos personajes que les gusta ver actuar en su naturalidad.

Se iba a ir ya después del chapuzón, cuando apareció en la playa un señor con su perro y se retiraron a pasear por un rincón de la cala. Enseguida, un niño de unos dos o tres años, que hasta entonces había disfrutado viendo cómo las olas llevaban y traían su pelota, fijó su vista en el perro. Al principio, a pesar de esa atracción que sienten los niños por estos animales, se cuidó mucho de acercarse. Fue el amo del perro el que se acercó al niño para indicarle que no le haría ningún daño. Entonces el niño, más seguro, acarició el lomo del animal imitando lo que hacía su amo.

A partir de ahí, perro y niño hablaron el lenguaje mudo de la amistad. En ello estaban, cuando la madre que hasta entonces no se había percatado de las nuevas amistades de su hijo, se acercó para asegurarse que no corría ningún peligro. Allá estaban los cuatro: el dueño y su can, el niño y su madre.

No tiene nada especial la anécdota. Pero quién ha dicho que en una playa ocurren a diario escenas trágicas o maravillosas. La vida esta hecha pequeños sucesos, en los que ni siquiera reparamos. Tenemos asuntos mucho más importantes en qué pensar.




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