Mirando al mar

LA PERPLEJIDAD DE LA MIRADA

Para empezar, al Náufrago le resulta difícil expresar lo que quisiera decir en esta entrada. Le traicionan algunas de las imágenes que ha escogido y no encuentra ni el fondo, ni la forma de lo que quiere transmitir. Ni las imágenes que abren y cierran la presentación fotográfica, ni digiere bien la cursilería de las letras que acompañan las fotos. Era una canción que oyó siendo niño mil veces. Entonces las canciones duraban bastantes inviernos y muchos veranos. Hablaban de amores de ‘plexiglás’ y vacuidades.

Se preguntarán entonces ¿Por qué las he escogido? …porque el mar, porque el paisaje, porque la perspectiva, porque el subconsciente… ¿Por qué, coño, si no lo sé ni yo? No me pidan que explique, lo que no sé explicar. Bastante hago confesando mi perplejidad y mi impotencia. Sería porque esas letras y el cantante era una voz ligada a Santander y que para ciudadanos y foráneos teñía a la ciudad de cursilería y aburguesamiento. Y quizá haya que reconocer que ese Santander debería existir y existe, como otros muchos santanderes de gente trabajadora, emprendedora, culta, sencilla, amante de sus tradiciones.

Me doy cuenta que sigo divagando y de paso creándome algunos amigos. Lo que de verdad quería transmitir es esa belleza que serena, que empapa y colma el alma. La ciudad queda detrás, pero si vas bordeando la bahía no se cansan los ojos de mirar, el mar, los islotes, la ‘península, las playas con diferentes vidas propias, las montañas cercanas.

Ayer, cuando el Náufrago llegó a la playa, lucía el sol y la temperatura era muy agradable. Eran las seis de la tarde. De pronto por detrás de Peña Cabarga, vigía de la ciudad, fueron apareciendo nubes que pronto se transformaron en negros nubarrones que cubrieron el mar y la playa y los bañistas fueron poco a poco vaciando la playa. El Náufrago subió al paseo y completó sus ‘anotaciones’ fotográficas. Necesitaba robárselas al mar y al paisaje, para seguir viéndolas de nuevo muchas veces y descubriendo sus múltiples facetas.

Se queda con la sensación de no haber sabido expresar el por qué había escogido aquellas ‘miradas’. Seguramente al repasarlas, encuentre en ellas el misterio que encerraban.

Comentarios

Sylvia Otero ha dicho que…
Douce, lograste tu cometido, transmitiste paz y serenidad. Diste a conocer a otros la belleza del lugar donde vivís e hiciste llegar un poco de calor a los que estamos en estas latitudes australes viviendo días fríos y grises.

Disfrutá de tu décimo cumpleaños con tu familia!

Bon week end!
Douce ha dicho que…
Gracias Sylvia,

Yo también sabia que a pesar de sus perplejidades, las fotos hablarían por sí mismas y la belleza que quiso retener, la paz que trasmite la mar en calma y que los paisajes hablarán también su mensaje.

Disfruto todos los días y en estos aniversarios mucho más. Sé que mi papá se acuerda mejor que yo. Mis 'recuerdos' están todos juntos en el 'AHORA'.

Guaus cariñosos para ti y para Santhi.
M. Luz ha dicho que…
Hay en Santander, en algunos de sus rincones, una "demasía" de belleza que a veces degenera en exceso de nostalgia, de melancolía y de tristeza.
Anónimo ha dicho que…
Hola M.Luz

Más que expresarme claramente, creo que estoy elucubrando sin ser filósofo. Pienso, no obstante, que la belleza no se encuentra sólo fuera, sino que la llevamos dentro de nosotros, como llevamos los sentimientos que la acompañan.

Hay quién ve la belleza de un simple mosquito, de un brizna verde, y otros que se quedan indiferentes ante lo que otros creen ver una obra maestra.

Lo mismo ocurre con cualquier otra fuente de emociones, la música, la literatura, la poesía, las acciones más simples de la vida cotidiana...

Bueno, no sigo, porque a lo mejor estoy divagando...

Mis besos
Douce ha dicho que…
Aclaración: ese anónimo, se llama Julio.

Cada día este papá mío está mas ido:-)

Bueno, también es verdad que esto de la técnica a veces se juega malas pasadas.

(Firma: Julio, a través de Douce)

¡Qué complicaciones, por Belcebú!

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