“Y no estaba muerto, no, no, que estaba tomando cañas”

Una de las escasas virtudes que no adornan al Náufrago de esta isla, es la de ser diplomático, cualesquiera que sea su auténtica etimología. Si como dicen “diplomacia” viene del griego diploos –doble- y en ese sentido se referiría aquello que se dobla o se guarda por duplicado, el Náufrago sólo guarda de sí, una sola copia y se le ve a la legua. Si a la palabra se le atribuye la acepción de cortesanía aparente o interesada para obtener un fin, tampoco le cuadra demasiado. Así, que los vocablos de disimulado, astuto, sagaz o hábil en resolución de problemas, que se le atribuyen como sinónimos, tampoco le cuadran. Claro que si miramos las cosas ‘moratinamente’ hablando, uno empieza a tener sus serias dudas.

Lo que quería decir de todas formas, es que el habitante de esta isla recibió ayer una llamada telefónica de la Administración regional educativa indicándole que podía pasarse a recoger su título de “Funcionario de carrera del cuerpo de Catedráticos de la E. S.” El Náufrago dio un respingo, y hasta sintió un ligero sobresalto no sea que después de jubilado, ahora quisieran prolongar su no corta carrera profesional. Preguntó a la amable funcionaria que le había llamado, a santo de qué venía recibir ahora este ‘diploma’ que según reza el Título “habilita al interesado para ejercer las funciones propias de su condición” (funcionarial se entiende), si hacía varios meses que estaba jubilosamente jubilado.

La señora o señorita funcionaria le dijo que para ponerle un bonito marco y enseñárselo a sus hijos, nietos o sobrinos si los tuviere. Medio en broma, medio en serio el Náufrago le respondió que a sus hijos le importaba un pimiento lo que pusiera el diploma de marras y por supuesto que él no les sometería a ese tipo de visiones. Y ahí quedó la cosa.

Esta mañana, está casi seguro de que por última vez , subió hasta la sexta planta del susodicho edificio administrativo, para firmar el ‘diploos’ de marras. Confiesa que sintió unas ganas enormes de que el papelazo se pudriera en cualquier cajón, de cualquier mesa, de cualquiera despacho, hasta que se lo comieran los chinches o pereciera hecho añicos en cualquier papelera, pero no obstante cumplió funcionarialmente su último deber.

De todos modos, gracias a la Señora Ministra de Educación y Ciencia que me otorga el Título y al honorable Subsecretario Gurrea Casamayor que lo firma en nombre de su Jefa y Superiora en el cargo.

No se sabe muy bien qué título ponerle a la comedia si “Reinar después de morir”, “Vivir, después de diñarlas”, “Lo que el viento se llevó”, “El cartero aporrea dos veces” o “Y no estaba muerto, no, no, que estaba tomando cañas”.

Lo que sí tiene claro es cuál será el destino del dichoso papelazo.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Estimado Julio:

Releo con sorna esta ‘simpática’ anécdota, si me permites emplear ese adjetivo. Y no deja de sorprenderme el cómo funciona una Administración a la que, paradójica y humildemente, aspiro a pertenecer algún día. El caso, es que uno no puede evitar rememorar aquel artículo de Larra, en el que se instruía al perplejo foráneo sobre el funcionar patrio. Y lo que resulta más jocoso (esta noche me parapeto en adjetivos eufemísticos, como puedes ver), qué poquito cambian las cosas en estos contornos. ¿Triste fátum que nos persigue ad eternum?

Que por cierto, no sé si habrás reparado en que la fecha de publicación en el BOE es el 28 de Diciembre. Si es que son unos guasones, Julio, ¡lo que yo te diga! En cualquier caso, yo quiero un diploma de esos, de funcionario de carrera, con mi nombre :) Ay…

Recibe un saludo,
Anónimo ha dicho que…
José María,

Como estoy de prestado no he tenido ocasión de contestar a tu comentario.

Ya sé que resulta algo chusco, cuando menos, para los que ya no nos afecta, ni nos sorprende, la 'velocidad' administrativa para algunos asuntos de 'poca importancia'. Sin embargo hay 'otros' que con esto de las elecciones son 'urgentes' y hasta se saltan leyes que ellos mismos han dictado.

Comprendo perfectamente tu deseo de tener un 'papel' de ésos por lo que puede suponer de la estabilidad necesaria para poder afrontar un proyecto de vida , en tiempos tan cambiantes.

Un saludo

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