Viaxe á Itaca das Rías Baixas




Ahora que el Náufrago va a emprender un viaje especial, un viaje a la adolescencia perdida, pero no olvidada, en un rincón de las Rías Bajas, le han venido a la mente , además de un remolino de recuerdos , vivencias y emociones, el título de una canción y de un poema. Cosas del Náufrago.

La canción fue uno de esos ‘éxitos’ pasajeros que duran apenas una temporada. La cantaba Claude Fritscht- Mantrop, alias Desirelees. La recuerda, porque un día, una alumna llevó el disco a clase , porque quería entender la letra. La verdad que además del reiterativo ‘voyage, voyage’, la letra no era más que un sobrevolar por encima de los sitios más insólitos: ‘viejos volcanes, pantanos, dunas, islas, alambradas, desde las islas Fidji al Fuyi-Yama’… toda una geografía mitad real, mitad metáfora…Un viaje “Plus loin que la nuit et le jour / Dans l'espace inoui de l'amour.

El poema, es el conocido y repetido de Kavafis: “Viaje a Ítaca”. “Cuando partas hacia Itaca / pide que tu camino sea largo /y rico en aventuras y conocimiento.” El viaje del Náufrago no será largo, durará apenas unos días, pero sí es seguro que será rico en ‘aventuras y conocimiento’. Será rico en ‘conocimientos y reconocimientos’, que seguramente serán muy distintos que los que de aquellos años guarda. Hará caso al poeta :'mantendrá en alto el pensamiento, y dejará que una extraña sensación invada su espíritu y su cuerpo… se detendrá en los mercados, sentirá tantos perfumes como pueda, visitará infinitos lugares, aprenderá de los sabios que encuentre…"

Tratará de no apresurarse. Sabe que el destino no es llegar a esa Ítaca que quizá no encuentre como él sueña. Lo importante es ‘el viaje’, más que el destino. Sabe que Ítaca no le engañará y volverá más rico. Porque más rico se siente ya ahora , recorriendo con los ojos y la imaginación el trayecto. Evocando nombres que creía perdidos en no se sabe qué rincón del baúl de los recuerdos: Tomiño, Randufe, Monte Aloia, Valença, Porriño, la Pereira, Virgen de la Roca, San Telmo, Baixo Miño, A Guarda, Guillarei, Gondomar, A Ramallosa, Baiona, y tantos otros...

En realidad, hace ya unos días que el Náufrago emprendió el viaje. Porque ‘viajar’ no es ir sólo de un sitio a otro. El viaje se lleva dentro ya antes de realizarlo, se recorre de mil maneras, se prepara el ánimo, luego el camino se encarga de dar formas a los sueños. Quizá muy distintas de las soñadas, quizá más ricas. Y a la vuelta, volverá distinto, y habrá dado otra forma a los recuerdos. Quizá no encuentre lo que soñó, pero volverá enriquecido. Los sitios habrán cambiado, le parecerán distintos, algunos irreconocibles, otros los verá con ojos nuevos, porque él también ha cambiado. Mucho.

¿Qué queda ahora de aquel muchacho de 13, 14, 15 años...?

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