El sueño de una noche de febrero

• Confieso seriamente que me gustaría borrar del calendario los 28 días que quedan hasta que el día 9 del mes próximo, todo se haya consumado, consumido o perpetrado.
  
  
• No saben cuánto dinero daría para que todos los predicadores, portavoces, altavoces, voceros, boceras y bocazas que viven y nos quieren hacer vivir de este cuento sufrieran una temporal pero total afonía.
  
  
• ¿ Imaginan qué delicia sería poder ir a trabajar el que trabaje, pasear el que pasee, volar los que vuelen, cantar los que canten, jugar los que jueguen, pensar , los que piensen, sin oír ni una puta palabra, de política, de elecciones, de mítines, de declaraciones, de plataformas religiosas, civiles, artísticas o militares?
  
  
• Poder vivir la vida, dura, feliz, rutinaria, ilusionada, incierta, misteriosa, esperanzada, sin los moscardones, tábanos, avispas, víboras que no cesan en su 'run run' sempiterno, sus picaduras venenosas, su zumbido insoportable.
  
  
• ¿Se imaginan una vida que sólo supiera a vida, con sus inquietudes, su sabor agridulce, sus tristezas normales, sus pequeñas alegrías, sus sonrisas y sus lágrimas ?
  
  
• ¿ Acaso piensan que los problemas cotidianos tendrían peor solución que la que dicen tener ‘los encargados de arreglarlos’, cuando son ellos, ellos solitos, los que crean los principales problemas para poder decir que ellos son los que van a solucionarlos?
  
  
• ¿Calculan la cantidad de sinsabores, malos modos, irritaciones, insultos, rencores, con los consiguientes gastos y desgastes que todo ello conlleva, y que podrían evitarse? Y todo ello, con las consiguientes beneficiosas consecuencias para una mejora de nuestra salud física y, sobre todo, mental ?...
  
  
• Por eso, estoy seguro, esta noche este será mi sueño:
  
  
  “A partir de hoy quedan borrados del calendario los 28 días siguientes al 10 de febrero, hasta el 9 de marzo próximo”