Diálogo entre animales muy 'razonables'

No sé si los visitantes de esta isla, conocen a Romero, un burrito que ejerció como Burro-taxista, allá por Mijas un bonito pueblo del sur. Nos llevamos muy bien, porque entre 'animales' a veces nos entendemos mejor que las personas sin necesidad de largos discursos y complicadas conversaciones.

Desde su blog en “El Refugio del Burrito, donde ahora transcurren sus años de merecido descanso, me hace las reflexiones que figuran más abajo sobre el 'ahora' y el 'pasado', a propósito de una conversación que mantuve hace unos días con mi papá, para que deje de 'pensar' en el pasado o en el futuro y se olvide de lo único que es realmente suyo en cada momento: el ahora.

Quizá no me expresé del todo bien al decir que los 'no racionales' como él nos llama vivimos el AHORA y no 'pensamos' en el pasado y mucho menos en el futuro que para nosotros no existen, bajo la forma de 'pensamiento'. Quería decir que no damos vueltas a nuestro 'coco' con 'pensamientos' sobre el pasado, pero estoy de acuerdo con él al decir que ese pasado sí está grabado en el mundo de nuestros sentimientos, sensaciones, emociones o cualquiera de los términos que usan ellos para denominar a lo que sentimos. Romero, ante cualquier 'ahora' que le hace sentir sensaciones pasadas semejantes, reacciona satisfactoria o agresivamente porque esas sensaciones quedaron fijadas en alguna parte donde nosotros guardamos esas cosas en forma de impresiones.

En determinados 'ahora' revive lo que sintió en circunstancias similares y reacciona en consecuencia. Los humanos que le tratan entienden perfectamente su reacción de este 'ahora' y tratan de aliviarle la conmoción que le producen 'recuerdos' o más bien 'sensaciones' desagradables, que provocaban antiguos 'ahoras'. Lo mismo ocurre con los galgos que visitaron la casa de Iván con sus nuevos dueños que con sus cuidados tratan de cicatrizar las heridas de su ánimo con cariño y cuidados que sus antiguos amos no tuvieron.

Puedo entenderlo perfectamente, yo también soy una perrita sacada de un 'refugio' de perritos. No estuve allí mucho tiempo porque los hijos de mi papá, 'mis hermanos', se presentaron allí un buen día y me trajeron a esta casa. Llegué aquí en un estado lamentable , cubierta materialmente de pulgas, con ronchones en mi piel por el estrés que había sufrido. Tenía entonces , según el 'vete' que me asistió , unos seis meses, o sea que voy a cumplir, unos diez años, pero cuando veo señores con bastón o vestidos de una manera rara, generalmente gente ya mayor, les ladro porque deben recordarme a mis antiguos amos, los que me dejaron abandonada. Mi papá siempre se ha preguntado por qué reacciono así cuando veo cierto tipo de personas y él deduce, porque no conoce mi pasado, que se debe a que gente así no me trató bien. Pero eso sólo ocurre en determinados 'ahora', no es algo a lo que yo le dé vueltas si no se presenta algo que me lo recuerde.

Me gusta que podamos hablar así, de perra a burro, porque en el fondo poseemos estructuras emocionales similares. (Bueno eso de 'estructuras similares' es una pedantería que no he dictado yo, sino una traducción de mi papá que a veces no traduce bien nuestro lenguaje al de los humanos).

Una guaaauuu muy grande , para ti, tus compañeros del Refugio y los galgos visitantes
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HE AQUÍ EL MENSAJE DE ROMERO


Éstos son los galgos , amigos de Romero

Estimada Douce:

Ya sabes que sigo tus peripecias visitando cuando puedo la isla donde habitáis el Náufrago y tú. Me encantan tus reflexiones y cómo enseñas al Náufrago a ver la vida desde tu sabiduría canina. Me han gustado mucho tus charlas con tu dueño acerca del "ahora" y las reflexiones sobre cómo afrontamos los "no racionales" (?) el momento, las situaciones. Y tienes mucha razón. Los animales vivimos o, por lo menos, pretendemos vivir el momento. Pero ya no estoy tan de acuerdo con las reflexiones sobre el pasado.

Te cuento esto porque como tú ya sabes, muchos de los burros (una gran mayoría) que vivimos aquí, en El Refugio del Burrito, y los amigos galgos que nos visitan han sufrido el maltrato y el abandono, incluso yo mismo me he llevado alguna paliza cuando andaba en lo del Burro Taxi. Y este pasado nos ha condicionado muchísimas veces el ahora, y aún nos lo condiciona.

En mi caso, yo aún mantengo mi desconfianza hacia los humanos, y cuando veo a más de dos de estos micos pelones acercarse a mí me pongo de los nervios. Pues no consigo olvidar los golpes que me llevaba cuando tenían que herrarme o cualquier operación que requiriera a dos o más personas. Aquí en la granja lo entienden y lo hacen todo de buenas maneras, y si estoy muy nervioso me dan tranquilizante y se toman el tiempo necesario para que me calme y poder cogerme los pies y las manos para recortarme las pezuñas sin que les arree una coz, porque yo soy muy mío.

En el caso de los galgos -y te lo digo porque este fin de semana estuvieron en casa de Iván (de ahi la foto)-,también ocurre lo mismo. Su pasado de abandono y de maltrato quiebra de tal manera su alma canina que les condiciona a la hora de enfrentarse al momento, al ahora y, en muchos casos, el pánico les bloquea. El buen trato y el muchísimo cariño, que reciben los afortunados que han sido adoptados de sus nuevas familias, les cicatrizan las heridas del alma que tardan mucho más en sanar que las meramente corporales.

Los animales, querida Douce, somos, en cierto modo, seres "pensantes" y vivimos el momento de acuerdo con la experiencia pasada, y ésta, en muchas ocasiones nos puede impedir o condicionar enfrentarnos (y/o vivir) al ahora.

Pero, chica, mientras haya gente como la que sale en la foto, pues habrá futuro.



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