Revilla , el Rey de la Anchoa

No sé si ya saben que mis relaciones emocionales para con mi Presidente Migue Ángel Revilla van y vienen desde una cierta simpatía hasta algún disgusto por creerse el Presidente Salvador de Cantabria.

En virtud de esa ambivalencia sentimental voy a permitirme algunas ligerezas sobre el "Rey de la Anchoa", título honorífico que amistosamente le otorgo en virtud de los poderes que yo mismo me adjudico. Lo llamo así porque una de los emblemas de la región que vende en sus relaciones nacionales e internacionales es la Anchoa de Santoña, pregúntenle sino al señor Rodriguez Zapatero, por ejemplo.

Hoy le veo en la portada del periódico regional, con aire feliz y sonriente brindando y haciendo loas de las conservas de la villa rodeado por la Alcadesa , la Vicepresidenta del Gobierno que no se pierde ninguna foto, y la Ministra de la cosa, Elena Espinosa.

Se celebraba la inauguración de la "Octava edición de la Feria de la Anchoa de Santoña" y aunque no corren buenos tiempos para el ese excelente pescado, dado que el deterioro alarmente que ha sufrido el caladero en estos últimos años ha obligado a una parada biológica que ha supuesto una pérdida de 3'5 de euros, el Presidente se sentía feliz de poder presentar esta 'joya' gastronómica a la ilustre visitante que miraba atentamente las cajas expuestas con no sé si con admiración extrañeza.

El caso que no es de broma, porque supone la vida de un total 64 barcos de cerco con unos 700 tripulantes y 108 empresas transformadoras, con aproximadamente 3.000 empleos directos, dependen de la pesquería de la anchoa en Cantabria.

Brindemos pues porque los peces vuelvan a poblar los caladeros y las malas mañas de pesca y la avaricia de conserveros y pescadores nos dejen sin esta conserva suyos orígenes se pierden en el túnel de los siglos.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
En un programa de TVE2, de hace unos días, sobre los alrededores del Asón, se tocó entre otros muchos el tema de la anchoa. Un pescador o armador, no recuerdo, opinaba que se había abierto el caladero antes de tiempo y que las anchoas eran demasiado pequeñas.
Un encargado de una de las poquísimas industrias de salazón que quedan, le contaba a la cámara que se están trayendo "el género" de otros sitios.
En cuanto a los salmones, de los 3000 ejemplares que se pescaban hace algunos años se ha pasado a algo menos del centenar. El criadero que hay en una márgen del río está poniendo en sus aguas unos 7000 alevines, de los que apenas regresan la octava parte.

Dile a tu señor "Revilluca" que no promocione la anchoa de Santoña, porque, de momento, vale más que todos nos pasemos sin ella, por mucho que nos guste tan exquisto manjar. A no ser que prefiramos acabar con el animalito.

Que usted lo duerma bien.

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