El efecto Mozart

En los institutos en virtud de las 'luminosas' ideas administrativas que ensombrecen más que iluminan la realidad escolar vivimos estos días un semana que no se parece demasiado a la "Semana Fantástica" del Corte Inglés. Más bien podríamos llamarla ' Semana Neurótica' porque ni profesores ni alumnos acaban de entender qué es lo que exactamente procede hacer. Hay alumnos que ya tienen 'aprobada' la asignatura, máximo objetivo de ellos y suspadres . Hay otros, sin embargo que están prácticamente desahuciados académicamente hablando, y aquellos que están más p'allá, que p'acá... Tecnicamente, en téminos 'educo-vacuos' se define como 'período lectivo de recuperación y esfuerzo o ampliación y mejora'. ¡A que suena bonito!

Quiere decir que alumnos que a lo largo del curso no han demostrado estar en condiciones de superar la asignatura, pueden, en el espacio de una semana 'fantástica', cambiar lo que se llama 'evaluación contínua', por algún arte de magia. Se suprimieron los exámenes de septiembre, recientemente reinstaurados, por puro capricho de llevar la contraria a lo determinado por los anteriores legisladores. Se adujeron argumentos demagógicos , como siempre :dejar la recuperación para septiembre favorecía a las familias 'acomodadas' que podían pagar clases particulares en verano. Pura falacia, yo veo a los que ,simplificando también, podemos llamar gente humilde con su móvil último grito, sus 'deportivas' de marca, en fin, artículos que cuestan más que una clase en verano.

Pero dejemos este aspecto de esta famosa semana y anotemos algo que me ha parecido una actividad bien preparada y creo que educativa. Entre las actividades de este período un tanto loco, entre clases y playa, los Departamentos de Música, Plástica, Inglés-Alemán y el de Avtividades culturales se ha organizado un 'Programa de Actividades para conmemorar el 250 Aniversario del Nacimiento de W.A. Mozart'.

Ayer pude asistir a un 'concierto' a cargo de los alumnos de 1º, 2º y 3º curso de ESO. Los instrumentos no podían ser de lo más sencillo: varios xilófonos, flautas (cada uno la suya), algunos instrumentos de percusión, un órgano electrónico y algún oboe o violín de algún alumno o alumna que hace estudios de música en el Conservatorio. Era grato ver cómo estos bulliciosos chichos y chicas de 11, 12 , 13 ó 14 años eran capaces de escuchar respetuosamente el 'Minué' de D. Giovanni, el Dúo de la Flauta Mágica, el Coro de esclavos: "Das Klinget, so herrlich" o la Cavatina "Se vuol ballare" de las Bodas de Fígaro. La música lograba amansar a estas pequeñas fieras que entre pieza y pieza , aplaudían con fervor, chillaban o lanzaban pitidos... de aprobación.

Era verdad que el 'efecto Mozart' , el efecto de la música del genio de Salzburgo con sus ritmos, sus melodías, su métrica, su tono y su timbre , así como sus melodías simples y puras eran capaces de retener y sosegar aquellas mentes que se asomaban a unos ojos curiosos que seguían el ritmo de los brazos que manejaban las baquetas. Ya no eran sólo las plantas y las vacas, los fetos en el seno de la madre los que reaccionaban al estímulo de esta música limpia y clara, parece ser , quién lo diría, que ni los 'balidos' del Koala, ni las 'melifluidades' del Laura, han conseguido descangallar el sistema neurovegetativo de nuestros aldolescentes quienes también respondían al estímulo de una música acorde con el sistema armónico que compone al ser humano.

A la vista de tal éxito, el próximo curso comenzarán todas las clases con la 'Sonata 448' y notaremos los benéficos efectos de la música en el aprendizaje

Comentarios

Enrique Gallud Jardiel ha dicho que…
A mí me encanta Mozart, pero me pregunto qué`pasará dentro de unos años, cuando Rocío Jurado y Los del Río sean nuestros clásicos.

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