¿Por qué escribir? ¿Para quién escribimos?
Quizá no haya una sola razón para responder a estas preguntas. A mí se me ocurren algunas y puede ser que sea una mezcla de todas ellas y algunas que se me escapen.
En primer lugar, escribo para poner un poco de orden en mis pensamientos, en mis sentimientos, para fijarlos de alguna manera al expresarlos unos tras otros. Si no los recogiera en un escrito seguirían por ahí dispersos como mariposas sin rumbo. Escribo entonces para ex-plicarme, es decir 'desplegarme', ante mí en primer lugar, quizá para alguien más o para algún posible fortuito lector al que pueda interesarle, pero no es mi objetivo primero. Por supuesto desearía que alguien sintiera como un eco al leer lo que escribo, pero al respecto, quizá no hay muchos que puedan reconocerse en lo que expreso.
César Simón, cuya lectura es quien ha provocado en mí la necesidad de detenerme a pensar en todo esto. Él, que era un poeta y escritor conocido en ciertos medios, decía: "Compruebas luego (después de escribir poemas o novelas) que nadie te sigue. O casi nadie. Y ésta es la evidencia que me induce a escribir lo siguiente:en mí, la literatura forma parte del sueño del mundo. La escribimos algunos creyendo que a través de ella nos comunicamos, pero no es así, nos encerramos, nos sumergimos, nos clausuramos en una ficción, de la mayor envergadura, pero sueño al fin y al cabo".
No pretendo decir que lo que yo escriba sea 'literatura', pero sí quizá el sueño de un mundo, en que me 'encierro', me 'sumerjo', o me 'clausuro', no sé muy bien cuál de esas cosas o las tres juntas. Yo creo que escribo para expulsar de mí algunos demonios 'manes', para que al sacarles a la luz no se ensañen demasiado conmigo, si los expulso es para que no me agobien en exceso.
Al atreverme a contárselo a un papel, o a este 'papel elctrónico', abrigo la ambigüa certeza de que será el único testigo de este mínimo atrevimiento. 'Decirse' a sí mismo, ser de secretos, de emociones calladas, de miedo a exhibirse desnudo, temor de sentirse solo, es un ejercicio saludable. Porque el vivir, nos demos cuenta o no, es estar solos, por mucho que estemos rodeados de gentes que dicen que nos quieren o queremos.
Leer al autor que he citado antes y oírle hablar de cosas como éstas que en principio escribió para él sólo,es como asistir al espectáculo de alguien que levanta una baldosa, ver decenas de bichejos que al ver la luz y sentir el aire, empiezan a correr hacia todos los lados buscando de nuevo la sombra.
No lo sé, quizá haya un poco de todo esto en la necesidad de escribir:afán de orden, exhibición,necesidad de crearse el sueño de un mundo propio,curarse de la soledad y de otros miedos. Cada cual puede añadir quizá otras razones.
En primer lugar, escribo para poner un poco de orden en mis pensamientos, en mis sentimientos, para fijarlos de alguna manera al expresarlos unos tras otros. Si no los recogiera en un escrito seguirían por ahí dispersos como mariposas sin rumbo. Escribo entonces para ex-plicarme, es decir 'desplegarme', ante mí en primer lugar, quizá para alguien más o para algún posible fortuito lector al que pueda interesarle, pero no es mi objetivo primero. Por supuesto desearía que alguien sintiera como un eco al leer lo que escribo, pero al respecto, quizá no hay muchos que puedan reconocerse en lo que expreso.
César Simón, cuya lectura es quien ha provocado en mí la necesidad de detenerme a pensar en todo esto. Él, que era un poeta y escritor conocido en ciertos medios, decía: "Compruebas luego (después de escribir poemas o novelas) que nadie te sigue. O casi nadie. Y ésta es la evidencia que me induce a escribir lo siguiente:en mí, la literatura forma parte del sueño del mundo. La escribimos algunos creyendo que a través de ella nos comunicamos, pero no es así, nos encerramos, nos sumergimos, nos clausuramos en una ficción, de la mayor envergadura, pero sueño al fin y al cabo".
No pretendo decir que lo que yo escriba sea 'literatura', pero sí quizá el sueño de un mundo, en que me 'encierro', me 'sumerjo', o me 'clausuro', no sé muy bien cuál de esas cosas o las tres juntas. Yo creo que escribo para expulsar de mí algunos demonios 'manes', para que al sacarles a la luz no se ensañen demasiado conmigo, si los expulso es para que no me agobien en exceso.
Al atreverme a contárselo a un papel, o a este 'papel elctrónico', abrigo la ambigüa certeza de que será el único testigo de este mínimo atrevimiento. 'Decirse' a sí mismo, ser de secretos, de emociones calladas, de miedo a exhibirse desnudo, temor de sentirse solo, es un ejercicio saludable. Porque el vivir, nos demos cuenta o no, es estar solos, por mucho que estemos rodeados de gentes que dicen que nos quieren o queremos.
Leer al autor que he citado antes y oírle hablar de cosas como éstas que en principio escribió para él sólo,es como asistir al espectáculo de alguien que levanta una baldosa, ver decenas de bichejos que al ver la luz y sentir el aire, empiezan a correr hacia todos los lados buscando de nuevo la sombra.
No lo sé, quizá haya un poco de todo esto en la necesidad de escribir:afán de orden, exhibición,necesidad de crearse el sueño de un mundo propio,curarse de la soledad y de otros miedos. Cada cual puede añadir quizá otras razones.
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