Un lugar sin nombre

( ADVERTENCIA : esta entrada no es quizá la más apropiada para empezar la mañana, pero el autor que me la sugirió sentía la necesidad de expresarlo)
-------------------------

Por la mañana, cuando llega ‘allí’, ese sitio para el que no encuentra ningún nombre apropiado – se le ha camuflado bajo tantos porque nadie sabe darle el nombre que le conviene, si es que lo hubiere – se le encoge el ánimo, por no decir el alma entera. Siempre le recibe una sonrisa fresca y amable. Es el rayo de sol encargado de velar por tanta sombra.

Traspasa este umbral luminoso por paradójico que resulto el adjetivo, se pierde por ese zigzagueo de pasillos desiguales que se entrecruzan como en un laberinto que quisiera atraparle y cerrarle la salida. Esa trampa que tendió a muchas de esas sombras con las que se cruza y que quedaron atrapadas en él para siempre. No se sabe si son sombras deambulantes o los restos que la marea de la vida depositó en esta playa. Esas siluetas que pasean apoyadas en el pasamanos para tratar que sus vidas no se derrumben del todo o que sostienen unos brazos jóvenes para tratar de que no se desplomen del todo y digan: “No puedo más, no quiero más .Aquí me quedo, aquí me quedo”

Pasa deprisa, como si esas miradas le reprocharan su caminar erguido, aparentemente más seguro de sí mismo, sintiéndose más o menos libre de marcar su paso, sin sospechar siquiera qué débil es la frontera que les separa. Parecen espectros, como sombras ausentes de la vida, distintos de los que alocadamente circula por esa avenida que pasa por delante de su ‘casa’. Junto a algunos de ellos, más algunas que algunos, por no sé sabe bien qué caprichos de la vida son ellas más presencia ausente, sosteniéndolas, alentándolas, sonriéndoles , acompasando sus pasos o sus rastreos, caminan vidas jóvenes. Quizás, ellos mejor que nadie, pueden insuflarles esa ‘vida’ tan poca o desgastada que les sostiene. Sus pijamas blancos son el punto de luz, la vida que ilumina y da fuerza a tanta derrota.

Fuera , indiferente, ignorante, olvidada y olvidadiza, la vida sigue su ritmo, llena de ocupaciones y de afanes, con sus gozos, con sus ilusiones, con sus agobios, con sus esperanzas, sus traspiés, sus ilusiones, tranquila o desasosegada, ignorante voluntaria o casual de esta otra vida. Hay que ‘dis-traerse’ para no ser engullidos, hay que taponar todos los huecos para no oír esos gritos extemporáneos o esos silencios que se pasean de un lado a otro lado de pasillos, de patios, de salas en un rito monótono e interminable. Hay que acallarlos, con tertulias, espectáculos, fiestas, viajes, comadreos, discusiones sin fin, con los asuntos de siempre, una manera como otra cualquiera de entretener todas las locuras, tratando de no ver LA GRAN ESTAFA.

Pero la ‘Estafa’ no es completa – falló el ESTAFADOR - sigue y seguirá habiendo unas siluetas blancas y azules que ofrecerán su brazo, su sonrisa, procurando que nadie se sienta TOTALMENTE estafado.
-------------------
Referencia: La ilustración pertenece al cartel anunciador de la película " El Laberinto del Fauno" de Gulliermo del Toro

Comentarios

Entradas populares