Detrás de las banderas

Esta mañana al dirigirme hacia la playa asistí a un espectáculo que puede verse muchos domingos de fútbol. En la zona de los “Campos de Sport”, vulgo Estadio del Sardinero, puede verse grupos de gente, normalmente jóvenes , aunque también aparecen hombres y mujeres de cierta edad y hasta niños que pasean bulliciosos vestidos de colores.

Normalmente son grupos que tratan de llamar la atención ya sea por sus atuendos, camisetas del equipo visitante, gorros , bufandas, junto a sus gritos, sus ‘botellones’ y sus banderas. Se diría que tienen necesidad de ir en rebaño, de arroparse los unos a los otros y ya que están fuera de casa por unas horas , y ser desconocidos, mostrar cierta desinhibición , cuando no buscan alguna gresca , siempre siguiendo a las banderas.

He reflexionado sobre esa necesidad que tiene la humanidad en general, desde muy antiguo, de tener un comportamiento gregario, necesitados de adalides y portaestandartes. Es una reacción muy infantil que se prolonga en la vida, primero nos pusimos a la cola de los desfiles y de las procesiones, detrás de los que cerraban la comitiva, luego nos incorporamos detrás de las pancartas y las manifestaciones. Debe ser esa necesidad humana de no sentirse solo, aislado, una manera de luchar contra la que Fromm llama la “separateness”, el estado de ‘separatividad’ y desvalimento.

Lo que me llama la atención no es tanto esta necesidad humana de superar su aislamiento apuntándose a toda serie de ‘comunidades’, desde el matrimonio, pasando por sindicatos, congregaciones, clubes, asociaciones, partidos políticos, y toda la serie de ‘ismos’. Lo que me llama la atención es que este país tan ‘plural’ es que hayan surgido tantas banderas y ‘uniformes’ que van desde las camisetas de los ídolos de los diferentes deportes, vestimentas de cuerpo entero ‘fernandoalonso’, gorras, insignias, hasta una proliferación de toda la vexilología de nuestras nacionalidades. Lo curioso de este fenómeno ‘sociogregario’ es que la Bandera que fue signo del ‘porel imperiohaciadios’ sólo congrega a otros pocos ‘exaltados’. Es una bandera tras la cual progres y más gente procuran no ponerse, no sea que les tilden de fachas.

La culpa no es de las banderas, el hombre siempre las ha usado, sino de los que se sirven y creen en ellas, con devoción ciega. Les propongo un juego ‘inocuo’:hagan mentalmente un repaso de las banderas que proliferan en nuestras pantallas – nunca hubo tantas- díganme sinceramente que les produce cada una de ellas. Les dejo reflexionando. Personalmente no siento pasión por ninguna bandera, es más , me dan miedo. Hay millones de muertos inútiles que murieron sin saber muy por qué luchaban.

La libertad no tiene bandera, está hecha de dignidad y de coraje y hay muchos, afortunadamente, que dan la vida a diario por ella porque a los ‘abanderados’ les molestan muchísimo los que piensan por sí mismos, siguiendo la única consigna que es digna de ser seguida sin necesidad de ‘imponerla’ a los demás: su Libertad y la fidelidad a sus propias convicciones.
-------------------
"La mauvaise réputation": G.Brassens

Comentarios

Entradas populares