Reflexiones teatrales

Una risa abierta, espontánea, llena toda la clase, no es burla de nadie. Estos 15 años ríen con la frescura que da la edad, por unos sonidos extraños en una lengua extranjera. Que se llene el aula de esta risa franca es maravilloso cuando lo más frecuente es ver gestos de aburrimiento y de desgana.

• Ser profesor en los tiempos que corren exige ponerse la careta que usaban los antiguos griegos en sus representaciones teatrales. Ellos la denominaban ‘persona’, hoy es el ‘personaje’ que a menudo debes ser si no quieres ser devorado por tus ‘espectadores’.

• Resulta estupendo cuando, como hoy, los profesores bajan de sus tarimas y se suben a las tablas de un escenario y representan a un marido asesino, una esposa simple o una amante histérica. A veces el personaje resulta más creíble y los alumnos lo celebran.

• Ser actor puede ser una excelente terapia y los profesores necesitamos esta evasión. Toda una vida soportando el disfraz de profesor puede ser estresante.¡ Necesitamos tanto ser los ‘otros’ que llevamos dentro y que tenemos , por elemental necesidad de supervivencia debemos dosificar...!
  Los alumnos pueden ser un cielo, aunque a menudo no ocurre , pero sucede. Es más frecuente que se venguen de su ‘enclaustramiento’ siendo crueles.
  

• Pero los jóvenes de hoy tampoco responden a la imagen estereotipada que los medios de la sensación , de la prisa y de la frivolidad venden. Hoy vende lo simplificado, lo que cualquier mente simple puede asimilar. Lo complejo no es comercial porque no es digerible. Aunque no aparecerá en ningún periódico, ni lo recogerá ningún vídeo en la tele, un grupo de chicas y chicos que siguen atentamente una obra de teatro escenificada por sus profesores también existe. Yo lo he visto, esta mañana.

• ¿Qué sería la vida sin (el) teatro? ¿Acaso la vida no es una representación diaria en sesiones de mañana , tarde y noche? Hay vidas-comedia, vidas-tragedia, a veces pésimamente representadas.

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La vida es puro teatro