Las voces que claman desde el desierto.

Acaban de regresar unos amigos del Sahara. Dos de ellos han pasado una semana en los campos de refugiados, yo debería haberles acompañado, pero no es el lugar ni el momento para decir por qué no pude acompañarles. Un tercero ha pasado allí más de dos meses, conviviendo con ellos, desplazándose de un sitio para otro, tomando notas, conociendo cómo discurren sus vidas, recogiendo las memorias de más de 30 años fuera de su patria. De todo ello, estoy seguro, saldrá un libro que contará con rabia contenida, con dureza, pero también con ternura una situación injusta a la que han dado la espalda todos los gobiernos españoles desde que un día de 1975, creo que fue ese año, vergonzosamente, la presencia española dio paso a la invasión de una marcha que llamaron ‘verde’.

El gobierno del señor Rodríguez ha dado la puntilla y ha preferido estrechar la mano al ‘fuerte’ y olvidarse de lo que hace algunos años les prometió Felipe González en Tinduf: “tendréis nuestro apoyo hasta la victoria final”. Pero ya se sabe cuán volátiles son las palabras de los políticos, sobre todo cuando se pronuncian en el desierto.

Pero hay que decir que si nuestros sucesivos gobiernos se han olvidado de la deuda que tenemos contraída con esas personas, hay muchos españoles que sí se acuerdan de ellos, les ayudan, les acompañan, les ofrecen aquello de lo que disponen, les acogen en sus casas y luchan por hacer oír su voz, aunque clamen desde el desierto y sus palabras caigan también en el desierto frío de la indiferencia.

Mirando atentamente estas fotos uno puede ‘ver’ mucho más allá de la realidad que recogen.



Mapa del Sahara