De Ramos a Pascua

UNA NOTA 'IRREVERENTE', QUE NO LO ES.

Photo Sharing and Video Hosting at PhotobucketYa ha terminado, por fin, la Semana Santa, lo digo la mitad con alivio y la otra mitad como una reflexión muy personal. Ya sé que últimamente conviven -y nada tengo que objetar contra la libertad de la gente que necesita olvidarse de la rutina del trabajo - dos formas muy diferentes de vivir estos días. Y hay muchos también que compaginan celebración religioso-folclórica con la evasión y el esparcimiento.

No he presenciado ninguna procesión, ni he asistido a ningún oficio religioso, eso no quita que respete lo que mucha gente vive entre el fervor, el sentimiento, y un secreto regusto a todo aquello que es trágico y doloroso. He pensado, sin ahondar demasiado, tratando de entender el sentimiento ambivalente que suponen para mí estos ritos de 'empalados', gentes arrastrando cadenas, ruido intenso de tambores, voces que lanzan al aire entre gemidos y sentimientos saetas que agujerean en el aire, capirotes, encapuchados, coronados de espinas, pies descalzos, todo un rito en torno al dolor, a la sangre, al castigo por no sé cuántos pecados...

Es esta extraña exhibición de auto castigo, ese olor a sangre y muerte lo que me ha hecho reflexionar en qué antiguas y extrañas fuentes brota. Tanto es el peso de estos sentimientos punitivos que ni siquiera un Domingo que habla de ‘resurrecciones’ de ‘gloria’, recobra la luz de la vida, aún hoy, para celebrar lo que se supondría símbolo de alegría, redoblan en Hellín o en cualquier parte ruidos atronadores de tambores. Ni siquiera esta Pascua, ‘paso’, ‘transición’, sabe a júbilo, tanto es el peso de unas semanas de pasión y celebración de la Muerte.

Se diría que alguien inoculó en las venas de nuestro pueblo esa sensación, ese regusto morboso por el dolor, el sacrificio y los azotes. Esa es al menos la sensación que yo siento y que nadie está obligado a compartir. Por eso y sin que suponga ni una burla, ni una mofa, a algo que no comparto, pero respeto, he escogido una imagen sacada de una felicitación 'pascual' de otros países, y algunas regiones peninsulares, donde la Pascua se prolonga hasta el lunes, con huevos, con chocolates y con 'monas', que en otros sitios llaman 'oeufs de Pâques'.

Por estas fechas me viene siempre al recuerdo la vieja "SAETA" de Antonio Machado que evocaba parecidas sensaciones:

"¡Oh no eres tú de mi cantar!
¡No puedo cantar, ni quiero,
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en el mar!"

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