Apuntes de lectura

Cuando uno lee, aunque sea tan sólo la reseña de un libro, puede sentir o no el eco interior en algún recoveco de sí mismo. Eso es lo que me ha ocurrido esta tarde , al leer la presentación de estos dos libros.

  • La vida auténtica.- Eric Fromm ( Ediciones Paidos)

El hombre moderno se ha convertido en un producto de consumo en sí mismo: dócil, pasivo y autómata, absolutamente rendido a los estímulos externos consumistas. Capaz de funcionar según los dictados de regímenes totalitarios y religiones monoteístas.

Erich Fromm en su obra La vida auténtica propone volver a la esencia natural del hombre. El conocimiento de lo verdaderamente importante no puede obedecer a dictados externos a nosotros mismos, ya que la vida consciente debe cobrar forma a partir de fuentes que broten de nuestro interior. En lugar de verdades virtuales, aquello que necesitamos es lo auténtico. Erich Fromm nos invita a ser consecuentes con ello puesto que: «La alegría es el fruto de una vida intensa».

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  • Demasiada nieve alrededor.- Julián Marías (Alfaguara)

«En España cada vez sirve de menos desmentir una información o desbaratar una creencia o echar por tierra una teoría; o explicar algo pacientemente, o rebatir opiniones, o demostrar lo ridículo o absurdo de una postura o de una costumbre o de una política. O razonar, en suma. Y así, la realidad española se repite infatigablemente, con una tendencia enfermiza a no escuchar ni enmendarse casi nunca, todavía menos a reconocer un error o una falacia y a disculparse por ellos.

Esta actitud de fingir no haberse enterado es algo instalado en la sociedad, lo que antiguamente se llamaba "un vicio". El mensaje que yo suelo recibir es este: No me importa lo que usted ha dicho. Ni siquiera que me haya convencido con sus argumentos. Ni siquiera que yo vea que lleva razón. Yo voy a seguir en lo mío, como si usted no hubiera hablado. No se esfuerce, porque yo tengo un escudo infalible, lo que en nuestra lengua se llama "oídos sordos".

Es muy fuerte, por tanto, la tentación de callarse, y antes o después sucumbiré a ella. A los lectores individuales que sí se dan por enterados, no sé si debo agradecerles o reprocharles que me lo hayan impedido hasta ahora».

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