Los trajes del "brocante"

Ayer les hablé de un “brocante”. Si recuerdan, se encontraba en su tienda de antigüedades tratando de poner algo de orden, haciendo recuento de todos los “trajes” que tenía. La verdad es que en la "brocanterie", aunque algo revuelta, como la de cualquier anticuario que se precie, había objetos de valor, cuadros, “poteries”, candelabros, baúles, pequeños iconos, estatuillas, sencillos objetos de artesanía, llaves de todas las formas, materiales y tamaños. Todo lo había adquirido personalmente , cada objeto era recuerdo de alguna visita o de algún viaje. Pero en este momento estaba especialmente obsesionado con sus “trajes”. Todo un fondo de armario , como dicen los “josemisueiro”, que envidiarían más de una “abascal” o una “preysler”.

No hacía más que sacarlos del baúl donde los guardaba, o miraba los que llevaba puestos. Eso sí, eran trajes hechos a su medida, todos ellos bastante ajustados, nada de amplios pantalones o chaquetas holgadas. Podíamos llamarla la moda “estrecha”. Empezó a mirarlos, uno por uno, tratar de ponerles un nombre, para reconocerlos mejor. Le salió una larga lista, aún por terminar:

· Traje “levítico”, algo así como esos que imponen las religiones
· Traje “usos-reglas-órdenes”
· Traje “tabúes y prejuicios”
· Traje “etiqueta-perfecto”
· Traje “tipo uniforme”
· Traje “tutecallas”
· Tarje “santoreproche”
· Traje “te-lo-empapuzo” (véase DRAE: “empapuzar”)
· Traje “buenosmodales”
· Traje “tragatetodo”
· Traje “aguanta y tira”
· Traje “nohagasdaño”
· Traje “sélosotros”
· Traje “nadadeosadías”
· Traje “severidades”
· Traje “esloquehay”
· Traje “esonosehace, esonosetoca, esonosedice...”
· Traje “tienesque-debesde”...

Como ven, todo muy estrecho, todo muy medido, todo bastante rígido, nada flexible... Me divertía verle,apurado por esas cosas, y al mismo tiempo sentía un poco de ternura por él.Tenía cara de un poco desvalido. A veces se ponía varios trajes a la vez, unos encima de otros. No sé cómo le cabían, o cómo no se asfixiaba. De vez en cuando, miraba alrededor, por si alguien había entrado en su tienda y pudiera estar observándole. Se armó de valor, al ver que nadie le obsevaba, y se atrevió a mirarse al espejo, desnudo, y empezó a dar saltos, respiró aliviado, al haberse quitado por un momento tanto trasto de encima, sonrió, contenidamente, y el mismo espejo empezó a reírse a carcajadas,se desternillaba de risa, viendo danzar sus vergoncillas colgantes y siguiendo, divertido, sus brincos sobre el entarimado.

Salí despacio, sin que notara mi presencia, porque si me viera, seguro que era capaz de meterse en el baúl, al darse cuenta que le había visto de esta guisa.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Me enternece esta historia. Me gustaría saber cómo sigue, qué vestimentas utilizará el "brocante" para sustituir a esos trajes opresivos y opresores, de los que parece tener intención de irse deshaciendo.
Sigo sintiendo una tremenda curiosidad. Y no me importaría nada echar una mano en el taller de costura del nuevo vestuario del querido anticuario, si fuera necesario.
Douce ha dicho que…
Por lo que he podido observar,atreviéndome a adivinar su deseo secreto, la única vestimenta que llevaría con agrado es la de desnudo integral, por paradójico que parezca.

En esas circunstancias, imagino, en caso de querer echarle una mano, me refiero a su traje, claro, lo más conveniente sería tener algo de cuidado a la hora de usar tijeras, alfileres y agujas, y demás utensilios sastreriles. Lo digo, más que nada, en atención a fruncidos, pingos, pespuntes, pliegues, adornos o aderezos.

Entradas populares