Los lunes, clase.

A veces, no es nada fácil decir, NO.

Hoy he llegado temprano al instituto. Las 8 de la mañana. He aprovechado para desayunar en el bar del centro: descafeinado, de sobre, “tostada-chez Jean”, mantequilla y mermelada. Y a clase.

A las 10 y cuarto, recreo. Hablo con dos profesores y me cuentan sendas anécdotas.

Primera anécdota: El que me habla (“no lo vayas diciendo por ahí") me cuenta que estaba en la Biblioteca, con algunos alumnos que habían llegado rezagados y se habían “refugiado” allí. Unos minutos más tarde desemboca una profesora con un grupito de alumnos.

  • El profe ( a la profe): ¿Queréis algo?
  • La profe: “Vengo con “éstos”, no ha venido su profesor”
  • El profe: Y el profesor de guardia?
  • La profe: Soy yo
  • El profe (bibliotecario): ¿ Vas hacer la guardia aquí?
  • La profe: es que no tengo llave de su clase
  • El “bibliotecario”: Aquí tampoco está la llave...
  • La profe: Es que además tengo que hablar con fulanita (otra profe)
  • El biblio...: ¿Tienes guardia, o tienes charla?
  • La profe: (se da la media vuelta, “dignamente”,léase , ligeramente mosqueada, seguida por la fila de chavales que la siguen dócilmente)

Mi compañero, me lo contaba algo asombrado, entre contento y algo molesto, por la actitud de la compi y diciéndose que , si le hubiera cogido hace algunos meses, hubiera aceptado a los chicos, y luego hubiera lamentando no haber sabido decir NO, y encima la profe, quizá, se habría ido falsamente contenta por haberle chantajeado. La anécdota, tiene una segunda parte, pero se la voy a cortar aquí, para no hacerla demasiado larga.

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Segunda anécdota:

"Hoy damos otra “clase” .

Una ahora más tarde, me encuentro con otro compañero. Le noto contento, a pesar de que tiene unas ojeras que le llegan hasta los zapatos.

-¿Qué te pasa? Le pregunto
- Que llevo tres noches casi sin dormir. Tres noches. Unas 6 horas de sueño en total.
- Pues pareces contento
- Lo estoy, hoy creo que he dado la mejor clase desde hace muchísimos, muchísimos años.
- ¿No me digas, a tus años?
- Ya ves, es como si ahora estuviera aprendiendo a dar clase.

Y siguió contándome, que había estado viajando todo el fin de semana , de abajo arriba, de arriba abajo... Santander-Albacete; Albacete-Santander (sábado y domingo) Reunión familiar. Lunes, clase a las 8 y media , sin casi haber dormido durante tres noches.

Al empezar la clase , eso que no es de los que cuenta su vida en el aula, lo sé, empieza diciendo a sus alumnos: “Hoy soy un mal profesor, no he preparado mi clase, no sé cómo me va a salir". Y les explica el motivo. La clase avanza y no entran en materia. Sin saber bien por qué (bueno, por no haberla preparado) la “lección” recae el tema del “bullying”, o sea el matonismo. Los chicos que acosan a compañeros para hacerles la vida imposible. Y mi compañero dice que trataba de explicárselo:

Suelen ser chavales que , sin culpa quizá de su parte, no tienen éxito en los estudios, no saben o no quieren trabajar y les molestan algunos, que parecen buenas personas, que estudian, que no se meten con nadie. El “ “bullyista”, o sea el chulo, el matón, escoge la “víctima” adecuada en la que verter su propia frustración. Se pregunta, "¿ A ver, qué “virtudes” tengo yo?". Y se responde “No hago nada interesante, pero tengo, (o cree tener) dos cojones”. Normalmente, necesita actuar con claque. Se le juntan dos o tres , encargados de aplaudirle, sino la “cosa” no tiene gracia. (Aquí , sonrisas de los alumnos)

-“ ¿Sabéis quiénes son los acompañantes? Seguro que los conocéis”, les dice mi compañero. (Se miran unos a otros). Son aquellos a los que les gustaría ser matones, como el de los cojones, pero sólo se atreven a aplaudir a los que dicen que tienen los idem, porque ellos son unos maricas, bueno unos cobardes. (Grandes risotadas, hay alguno , incluso que reconoce alguna de las características, del de los c...., bueno del matón). Así seguía la clase... mezclada con alguna cosa relacionada con la materia que imparte mi compañero.

Me contaba que también les habló del acoso que sufrimos los profesores. Ya puestos a “rellenar el tiempo”... Les explicó que había visto a compañeros y compañeras, llorar como niños en la sala de profesores, harto también de matones que saben escoger las víctimas. A veces las mejores personas.

- Pero también hay que ver cómo son algunos profesores, soltó el ligero simpatizante de los acosadores. Y mi compañero, les dijo:

- “Por supuesto, que los profesores tampoco estamos exentos de culpa. Y a veces reaccionamos mal. Y hay profesores que no atienden a razones. Y hay algunos, como yo, hoy, que por diversas causas, llegan con problemas a clase, y se encuentra con un grupo , la mayoría gente maja, pero con algunos a los que interesa “alegrar” el cotarro. Y , todos juntos, en rebaño, se dedican a j.... perdón, a incordiar al que está ahí enfrente , al que consideran el “lobo”, o sea el “profe”, y se sienten fuertes entre la masa". Me dice, y es verdad, que con ese grupo, hoy, sabía que podría dar una clase tan especial, porque es una clase maja. Y para halagarles un poco los oídos, o más bien porque así lo siente, les había felicitado por haberle permitido dar la “mejor clase” que recuerde, en varios, muchos años.

(Anécdota del profesor que el lunes no dio clase)

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