Hoy tocaba de Buen Samaritano

Hoy, por fin, he podido hablar un rato , en directo, con mi amigo “ el Problemas”. Coincidimos en una librería, él buscando un libro de sicología, y yo tras un libro sobre Pereda, sí, sobre José Mª Pereda, que es el “patrón” de mi instituto y este año celebramos el centenario de su nacimiento. Así que no se extrañen, y que aunque no figura entre mis autores favoritos, me encuentro un poco en deuda con él.

Bueno, pero vamos a nuestra charla con mi amigo, un poco plasta, es verdad, pero hoy me parecía más interesante saber qué es de él, por qué caminos anda.Le hablé, por alto, de las charlas que había tenido con nuestro común amigo, “El Verbenas”, aunque no le dije cómo habíamos terminado la otra noche, cerrando el último bar que vimos abierto. Y me soltó más o menos este rollo que les transmito, a mi modo, porque anda muy ocupado en eso de “valorarse” a sí mismo, como si fuera una de esas acciones de Endesa, Ferrovial o Telefónica.


“Mira, empezó, si eres valioso o al menos , así te sientes, no necesitas “demostrarlo”, ni siquiera mostrarlo. Los demás “sentirás” si les vales , o no les vales. Tú decide por ti, que ellos decidirán, según lo juzguen oportuno y les sirva de algo.Tus valores no dependen de la opinión que los otros puedan tener de ti, sino, en cuánto te tases tú.Si dependes , de la opinión de los otros, tu “valor” dependerá del “mercado”, y tú no eres una acción, eres un valor en ti mismo.Las acciones, en la Bolsa, pueden bajar subir , hacer “faillite”, que dicen los franceses, siempre tan suyos. Por aquí, hablamos de bancarrota o de que “la empresa se ha ido al carajo”.

Yo hacía como que le escuchaba atentamente,para que no se me arrugara, y sus “valores” se fueran también al carajo, porque le veo aún muy sensible a la opinión de los otros, y le dejé seguir, porque intuía que tenía ganas de explayarse. Así que le dejé que siguiera con su rollo.

- "¿ Te aburro?", me preguntó, viendo que yo andaba dándole vueltas a mis reflexiones, sobre la actitud más conveniente en estos casos, al tratarse de un amigo. Algo pesado, pero amigo.

“¿Sabes una cosa? Pienso que para valorarse, hay que invertir cada día en acciones, en “actos” valorables, válidos, para cada uno. Saber decir No, cuando debes decir NO, felicitar a alguien si crees que lo merece. No te lo calles, díselo.No tengas empacho (“¡jo, qué pedante se pone”, pensé para mí) en pedir disculpas , aclarar malos entendidos, si te parece que alguien no ha “leído” bien tus intenciones. Bromea, ríete un poco de ti mismo (¡Vaya, parece que también entiende eso, ya es hora que deje ese aire serio), manifiesta más espontáneamente tus emociones, bromea, pero no a costa de los demás, sino para que todo el mundo se sienta más relajado. (Eso, eso, pensaba yo: “ ¡A ver, si aprendes a “soltarte” un poquito, majo!", y pensé en “El Verbenas"). Y le dejé seguir su “espich” psicológico.

“No dejes que la madeja de las emociones de cada día (¡Joder, otra vez el cursi!)se te queden apelotonadas ahí dentro. Devana el ovillo y así verás cuánto mide el hilo, conocerás su verdadera longitud , la que te indica hasta donde te puede llevar. Nunca se sabe donde termina el hilo que te conduce hasta donde está Ariadna. O Ítaca, si prefieres.”

Se lo juro, y miren que soy paciente. Pero me inventé una excusa, le saludé, le dije que me alegraba mucho de que hubiéramos podido charlar un ratito (bueno, lo de “charlar” lo digo por él, porque yo no apenas he podido meter baza) y salí pitando de la librería para poder respirar un poquito, mirar a alguna moza de buen ver, o algún perro, los árboles del parque, la lluvia que caía, en fin, algo más refrescante.(¡Qué coñazo! ¡El pobre!)

Bueno, tampoco me crean del todo, que a mí , a este tipo, también le quiero mucho, pero , a veces ,te entran ganas de darle una patada en sendas partes y decirle: " Déjate de tanta chorrada, y ¡vive, coño!"

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