¿Galgos o podencos?

CONEJOS DE INDIAS

No hace falta ser experto en economía, casi es mejor no serlo, ni se necesita ser augur diplomado para predecir lo que nos espera. Parece que en la antigua Roma había dos tipos de augures que asesoraban a los magistrados: los que pedían a los dioses consejos sobre lo que iba a ocurrir a través de signos: anuncios en el cielo, vuelo y gritos de aves como cuervos o lechuzas, zampándose pollos , o a través de la posición de los reptiles y mamíferos. Los más directos sin embargo, no esperaban a que los dioses manifestaran sus designios y actuaban por libre.

En el ‘desencuentro’ de ayer, uno más, entre el señor Rodríguez y Rajoy, no sé sabe a cual de ellos recurrieron. Da la impresión de que el presidente no necesita augures, zahoríes, hechiceros, genios, arúspices o adivinos. Él solito ya es de por casa bastante ‘Iluminado’ y trasciende la realidad, vive en el limbo, o al menos lo parece. Al señor Rajoy, no le hace falta que le digan nada los profetas, las cosas están ahí, delante de las narices, lo que ocurre es que le faltan las suficientes ídem, para poner las cosas claras sobre la mesa y diga de una vez lo que quiere y no esperar a que las guindas caigan del árbol por su propio peso.

Y en estos ‘desencuentros’ repetidos, discutiendo si la crisis es ‘galgo o es podenco’, ocurrirá lo de la fábula: “En esta disputa llegando los perros / pillan descuidados a los dos conejos". Lo peor no es que pillen a los dos insensatos ‘conejos’, lo cojonudo es que nos pillarán a todos en bragas.