Ojos que hablan solos
¿DÓNDE SE FUE MI INFANCIA?
Hay fotos que cuentan en un instante, una historia. Una historia complicada, misteriosa, protegida por silencios reales, de esas que sólo salen a la luz retazos mínimos, por reales discreciones. Sólo unos pocos, los íntimos, los ávidos de escarbar en los volcanes y cuevas de las alturas, algún que otro confidente, consiguen atisbar algo. Algo que sólo los protagonistas conocen y quizá hasta ellos mismos se preguntan: ¿Qué nos pasa? ¿Por qué hemos llegado hasta aquí? Y ni siquiera ellos aciertan a saberlo del todo.
Pero no era eso lo que llamó la atención del observador de esta foto. Esa historia y sus pormenores no le interesan. No siente ninguna curiosidad por husmear en esas brasas. Al fin y al cabo, no deja de ser la vida y sus peripecias, ‘normales’ en cualquier relación entre un hombre y una mujer. Los títulos no protegen, ni ayudan a cambiar los sentimientos. Lo que atrajo la mirada del que observaba esta “Salida de la iglesia”, o dónde sea, fue la mirada de los niños que deben temer a las cámaras de los centenares de fotógrafos que han querido asaetear su infancia.
Una infancia ‘asesinada’ con flashes a porfía. Una infancia que no ha sido una infancia, sino en libertad vigilada. De eso hablan las miradas de estos niños. Miradas furtivas, asustadas, reservadas. Temerosas en la niña, sin el brillo y la inocencia de sus ojos de nueve años. Una mirada que se protege, que ni siquiera la mano que coge la suya, le de seguridad. Y el niño entre triste y sorprendido, una vez más, como diciendo “¿Por qué no nos dejáis en paz? ¿Qué crimen hemos cometido, para que nos sometáis a este calvario? Yo quiero un balón, unos amigos, un campo o una calle para correr. Las misas no me gustan y veros a vosotros, tampoco. Quiero ser Froilán, a secas. Hasta el nombre me lo pusieron para que otros recibieran un título, del que ahora será desprovisto. Y mientras, yo, terminaré mi infancia sin poder ir al colegio, salir de casa, ir al parque sin que esas máquinas horribles disparen contra MI infancia."
-"¿Mis odiados asesinos , no véis mi historia en mi ojos? ¿Por qué queréis retratarla?
Hay fotos que cuentan en un instante, una historia. Una historia complicada, misteriosa, protegida por silencios reales, de esas que sólo salen a la luz retazos mínimos, por reales discreciones. Sólo unos pocos, los íntimos, los ávidos de escarbar en los volcanes y cuevas de las alturas, algún que otro confidente, consiguen atisbar algo. Algo que sólo los protagonistas conocen y quizá hasta ellos mismos se preguntan: ¿Qué nos pasa? ¿Por qué hemos llegado hasta aquí? Y ni siquiera ellos aciertan a saberlo del todo.Pero no era eso lo que llamó la atención del observador de esta foto. Esa historia y sus pormenores no le interesan. No siente ninguna curiosidad por husmear en esas brasas. Al fin y al cabo, no deja de ser la vida y sus peripecias, ‘normales’ en cualquier relación entre un hombre y una mujer. Los títulos no protegen, ni ayudan a cambiar los sentimientos. Lo que atrajo la mirada del que observaba esta “Salida de la iglesia”, o dónde sea, fue la mirada de los niños que deben temer a las cámaras de los centenares de fotógrafos que han querido asaetear su infancia.
Una infancia ‘asesinada’ con flashes a porfía. Una infancia que no ha sido una infancia, sino en libertad vigilada. De eso hablan las miradas de estos niños. Miradas furtivas, asustadas, reservadas. Temerosas en la niña, sin el brillo y la inocencia de sus ojos de nueve años. Una mirada que se protege, que ni siquiera la mano que coge la suya, le de seguridad. Y el niño entre triste y sorprendido, una vez más, como diciendo “¿Por qué no nos dejáis en paz? ¿Qué crimen hemos cometido, para que nos sometáis a este calvario? Yo quiero un balón, unos amigos, un campo o una calle para correr. Las misas no me gustan y veros a vosotros, tampoco. Quiero ser Froilán, a secas. Hasta el nombre me lo pusieron para que otros recibieran un título, del que ahora será desprovisto. Y mientras, yo, terminaré mi infancia sin poder ir al colegio, salir de casa, ir al parque sin que esas máquinas horribles disparen contra MI infancia."
-"¿Mis odiados asesinos , no véis mi historia en mi ojos? ¿Por qué queréis retratarla?
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