Tonos, semitonos y acentos.

POR UNA SIMPLE AVELLANA…

¡Ay, señor la que se ha armao por un ‘acento’ o un ‘tono’! Pareciera que en este país no tuviéramos problemas más importantes que el de nuestro ‘sonsonete’ cuando hablamos. Al Náufrago, cuando era muy, muy pequeño, los Hermanos Maristas le hacían aprenderse de memoria, poemillas, fabulitas, por no decir versículos, todos ellos con su consiguiente moraleja. O sea una ‘moral’ de andar por casa.

Después del jaleo que han levantado unas declaraciones de la señora Nebrera a propósito del ‘acento’, que luego fue ‘tono chulesco, insultante y barriobajero’ de la ministra Magdalena Álvarez, expresión más o menos acertada y mejor o peor interpretada por algunos , le ha venido a la memoria esta historieta escolar versificada:
“Por una simple avellana
dos rapazuelos pobretes
se pegaron de cachetes
un martes por la mañana.

Cansados de sacudirse
y obrando al fin la razón
la causa de la cuestión
acordaron repartirse.

Uno de los dos partió la fruta
y ya una vez partida
vieron que estaba podrida
y fue inútil la disputa.
Hasta aquí la historia de la pelea por la avellana vana o podrida. Por lo menos en la fabulilla, los ‘rapazuelos pobretes’, pero cuerdos, echaron mano a la razón, dejaron de liarse a mandobles y acordaron repartirse tan suculento botín… Y ¡ay!, como sucede muchas veces, nos peleamos por una ‘avellana podrida’.

Lo que ocurre es que nuestros políticos, medios de comunicación, partidos y hasta regiones, prefieren seguir la pelea por una ‘avellana podrida’, darse por ofendidos y olvidarse de lo verdaderamente preocupante: qué mal andamos del tan traído y llevado talante que por una inoportuna palabra, nos alzamos en armas como si hubiéramos sido heridos en lo más íntimo del corazón.

Al Náufrago no le preocupan los distintos ‘acentos’ que pueblan la península, ya sean castellano-parlantes o de otras lenguas cuando hablan en castellano. Me resulta gracioso y simpático el acento andaluz, su chispa y sus metáforas, me agrada la melodía gallega, la dulzura canaria, la espontaneidad aragonesa, o los peculiares tonos de catalanes y vascos cuando se expresan en la lengua que, hasta ahora por lo menos, nos era común. Me interesan todas las lenguas, si no se hacen de ellas ‘pretextos’ para profundizar en las diferencias y olvidar lo que nos une.

He leído el blog de la señora Nebrera. Es increíble el ‘efecto Internet y mediático’. Su blog, hasta hace dos o tres días, acogía una veintena de comentarios. Después de sus declaraciones ¡ha llegado a sobrepasar los 400! Y les aseguro que el Náufrago se ha sentido muy triste. Es deprimente leer las lindezas que excretamos para expresar nuestras ‘razones! (?).

Ah, y que conste, al Náufrago no le molesta el acento andaluz de la señora Álvarez, al contario, le resulta simpático. Lo que no puede aplaudir es su tono desafiante y despectivo a veces, su ineptitud y sobre todo lamenta que los dioses no le concedieran el don de la elocuencia. Sencillamente no sabe expresarse, cualquier bachiller medianamente preparado podría darle lecciones.

  • No es cuestión de acento... sino de expresión y razonamiento


Comentarios

Outsider friar ha dicho que…
Tal vez no tenía su mejor día...
O tal vez esto no sea más que el tráiler de una nueva película, "Locademia de ministros" o algo así...
Anónimo ha dicho que…
Me parece bastante triste la trifulca que se arma por unas palabras, más o menos desafortunadas sobre la señora ministra y, sin embargo, lo tranquilos que se quedan los contraatacantes a la señora Nebreda viendo cómo continúan sus desastrosas actuaciones en la resolución de cualquier conflicto que ocurre en el ámbito de su ministerio. El de mayor presupuesto del estado, unos 8.000 millones.
Y sí,en mi opinión, es soberbia y desafiante ante las críticas a su ineptitud, no sabe lo que tiene entre manos y se equivoca mucho hablando, porque nunca se prepara "los deberes".

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