La guerra de Troya no tendrá lugar

GUERRA Y SINRAZÓN

Ayer en una entrada, el Náufrago hacía alusión a un libro de texto escolar que los adolescentes estudiaban, hace años, en 5º de bachillerato: “La littérature française par les textes”. Se lo había recordado una antigua alumna a quien había encontrado por casualidad después de treinta años. Recordaba la asignatura con gusto. Este recuerdo hizo que el Náufrago subiera al ático y entre los libros antiguos encontrara el manual de marras. También él quería recordar aquel viejo libro de texto. Lo repasó desde el principio hasta el fin: desde la “Chanson de Roland”, hasta el teatro contemporáneo, o sea de ‘entonces’.

Uno de los últimos extractos versaba sobre una conocida obra de Jean Giraudoux: “La guerre de “Troie n’aura pas lieu”, “ La Guerra de Troya no tendrá lugar”. La obra estaba escrita para se ser puesta en escena por Jouvet, 1935. Giraudoux había conocido ya la primera guerra. Dos balazos le habían devuelto a la retaguardia. Intuía que se estaba preparando una segunda guerra, una guerra que nadie iba a ser capaz de impedir tal y como iban evolucionando las cosas. La “Segunda Guerra Mundial ‘aurait lieu”.

En la escena decimotercera del segundo acto hace hablar así a los interlocutores de los pueblos en conflicto Héctor y Ulises. Antes, ambos habían puesto sobre las mesa lo que sus pueblos se jugaban. Al terminar el recuento Héctor pregunta a Ulises:

  • H: “¿Y tú quieres la guerra?

  • Ulises: Yo no la quiero. Pero estoy menos seguro de las suyas (la guerra)

  • H: Nuestros pueblos nos han delegado a los dos, aquí, para que tratemos de impedirla. El hecho de estar reunidos es prueba de que nada está perdido…

  • U : Eres muy joven Héctor… En la víspera de una guerra, es corriente que los dos jefes de los pueblos en conflicto se encuentren a solas en cualquier pueblo perdido, en una terraza, al borde de un lago, o en el rincón de un jardín. Convienen que la guerra es el peor azote del mundo y ambos siguen con la mirada esos reflejos y esas ondas sobre las aguas y recién sobre sus hombros los pétalos de las magnolias. Son pacíficos, modestos, leales. Se estudian el uno al otro. Se miran. Y entibiados por el sol, enternecidos por un vino rosado, no encuentra en la cara de enfrente ningún rasgo que justifique el odio, ningún rasgo que no invite al amor humano, nada incompatible tampoco en sus lenguajes, en la manera de rascarse la nariz o de beber. Están verdaderamente imbuidos de la paz, de deseos de paz. Y se despiden dándose un apretón de manos, sintiéndose hermanos. Y se vuelven desde sus carrozas para sonreírse… Y al día siguiente sin embargo estalla la guerra… Así estamos los dos ahora…

Andrómaca, la mujer de Héctor es más clarividente, en su conversación con Elena, le reprocha su actitud poco clara ante Paris y le dice:
…"En las vísperas de una guerra, todos los seres segregan un nuevo sudor, todos los acontecimientos se revisten del mismo barniz, la mentira. Todos mienten. Nuestros viejos no aman la belleza, se adoran a sí mismos, adoran la fealdad. Y la indignación de los Griegos es una mentira. ¡Dios sabe cómo se burlan de tus relaciones con Paris! Y sus barcos que están preparados allí con sus banderolas y sus himnos es un espejismo del mar. Y la vida de mi hijo, y la vida de Héctor van a jugarse con la hipocresía y el simulacro. ¡Es espantosso!
Esta historia no tuvo lugar hace treinta y tres siglos. Todas las guerras se repiten. Los que las desatan o permiten que se desaten están bien a salvo. Las víctimas siempre las ponen los mismos.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
La obra que citas me gustó mucho. Nos la recomendaron en primero de filología (ya ha llovido, jeeeee) y recuerdo que me impactó mucho esa teoría acerca de las guerras. Y ahora mismo si miramos cómo está el patio de caldeadito nos deja más confusos todavía: no hemos aprendido nada y seguimos con la misma tozudeces de la destrucción y el odio.

Saludos de Meritxell
Anónimo ha dicho que…
Bienvenida con el nuevo año.

Da gusto leer a Giraudoux y comprobar que por mucho que progresemos técnicamente, humanamente no lo hacemos al mismo ritmo. Nos volvemos más 'refinados' a la hora de hacer daño.

Pero pensemos en los que aún saben querer, que será lo único que nos haga sentir mejores.

Saludos y ánimo para el trimestre que empieza, que lo necesitarás:-)

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