El mar de los abrazos

APRIÉTAME MUY FUERTE

Hace tiempo que el Náufrago, quizá no tanto , porque es de naturaleza ingenua de la que le resulta difícil despegarse, pensó que a lo mejor leyendo la prensa o siguiendo los medios se enteraría de lo que ocurre por los mundos. Los de fuera y los de dentro. Múltiples razones se lo desaconsejaron. Dejó de lado por completo la radio, por razones que no vienen al caso explicar aquí e hizo algo parecido con la tele,. Ahora, con toda la serie de reservas, ojea varios diarios, de distintos pelajes. El resultado es la ‘perplejidad’, la duda, la desconfianza, que no son, ni mucho menos, malas consejeras . A falta de pan, buenas son estas muletas para caminar por estos caminos con la suficiente incredulidad e indiferencia

A veces, después de haber leído, se sale por la tangente que no es una línea desdeñable y una buena dirección ya que se trata de ‘un solo punto común con una curva o una superficie sin cortarla’. Es lo que le sucedió al Náufrago esta mañana, con todo este embrollo melillense donde marroquíes, gobernantes, reyes, oposición, han logrado con sus dimes y diretes que lo que existió, no haya existido, y los llamados ‘conflictos’, son ‘estrechas relaciones’. Ahora paz , después, más gloria.

Solución plácida para un náufrago, seguir la dirección tangencial. De todo esto que no fue, ni ha sido, se ha quedado sólo con una imagen. Una imagen que cada vez que la ha visto, le ha reconciliado con la vida. Seguro que todos los amantes de la publicidad de calidad, tienen en su retina y en su corazón la impactante campaña de M&C; Saatchi para la agencia australiana de correos: Un ‘texto humanizado’ estrecha contra su pecho, tiernamente, a una joven y debajo este eslogan: “If you really want to ‘touch’ someone, send them a letter”. En el mensaje utiliza el doble sentido de ‘touch’ (tocar, conmover) “Si realmente quieres tocar/conmover a alguien, envíale un mensaje”.

Esta imagen ha sido la que ha sugerido a alguien, dedicársela a las mujeres policía melillenses que han sido objeto de injurias y algo más, en los fotomontajes exhibidos por los ‘activistas’ marroquíes (por supuesto a espaldas de los Mohamed). La imagen femenina de la publicidad australiana ha sido ‘cubierta con la visera oficial y una llamada a los melillenses: “Melillenses, vamos a darles un abrazo”. Frente a los olores del basurero, la elegancia y el calor de un abrazo.

Recordando el bello texto de Roland Barthes: « Le langage est une peau: je frotte mon langage contre l’autre. C’est comme si j’avais des mots en guise de doigts, ou des doigts au bout de mes mots. Mon langage tremble de désir… » 'El lenguaje es una piel: froto mi lenguaje contra el otro. Es como si las palabras fueran como dedos, o dedos al final de mis palabras. Mi lenguaje tiembla de deseo…”

Una hermosa forma de abrazar, de abrazarse.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Aunque desconozco las razones que han alejado al naufrago de la televisión, de la radio, y ojear con reservas algunos diarios; puedo decir desde mi estación -como pasajera en espera- que seguramente esa naturaleza ingenua de alguna manera nos enlaza.
Navegamos una época donde muchos valores necesarios para dar coerción y sentido a nuestras sociedades, han sido lanzados por la borda o se han degenerado por el descuido o la acción directa o todo junto. Me inquieta reconocerme cómplice de los eventos que al leerlos en los diarios se me antojan alejados de mí, aunque solo sea para auto engañarme y poder beber el café matutino en “paz”.
La imagen del post donde ese abrazo da para muchos montajes y leyendas al pie, ciertamente toma un sentido especial en las palabras de Barthes, definitivamente elijo quedarme inmersa en las sensaciones provocadas por sus caricias intelectuales.

Estupenda y nublada mañana de sábado, que en estas latitudes es una bendición os lo aseguro.
Ro
Douce ha dicho que…
Querida Ro,

Quizá sea la edad, la causa principal, en todas sus dimensiones, físicas y sobre todo mentales, la que me haya impulsado a acotar el espacio en el que moverme y me sabe a vida.

Más que abarcar, la vida me ha llevado de la mano a profundizar o quizá a evadirme de aquello que ya no me interesa. De ahí que escoja la tangente y roce sólo aquello que no me interesa.

No sé si mi mundo se acorta o profundiza, se agranda o simplifica. Sé que necesito cada vez menos cosas, y las más pequeñas llenan mejor mis espacios.

Por aquí, el verano da sus últimos ramalazos, pero este mar del norte sigue mostrándose benévolo y no nos acosa.

Que sigan esas mañanas benévolas.

Desde aquí, Douce y el Náufrago, te enviamos la frescura de este mar que nos circunda.

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