A cierta edad


Bienaventurados los que saben reconocer,
admitir sus defectos y apreciar sus valores,
porque de ellos es el sabor de la vida.


Por la red suelen llegar 'Presentaciones' con pensamientos y reflexiones, más o menos edulcorados, más o menos fruto de una sincera reflexión. La que llegó anoche a la isla, venía, como todas los demás, ilustrada con fotos: de mar, de anocheceres, de orquídeas... El Náufrago por razones de velocidad de descarga y para poder leer más despacio los pensamientos de una 'mujer madura', ha optado por copiar aquí el texto.


  • Dicen algunos que, a cierta edad, después de los cuarenta, nos hacemos invisibles, que nuestro protagonismo en la escena de la vida declina, y que nos volvemos inexistentes para un mundo en el que sólo cabe el ímpetu de los años jóvenes.

  • Yo no sé si me habré vuelto invisible para el mundo, es muy probable.Pero nunca como hoy fui tan consciente de mi existencia, nunca me sentí tan protagonista de mi vida, y nunca disfruté tanto de cada momento como ahora.

  • Ahora sé que no soy la princesa del cuento de hadas y que no necesito que me venga a salvar un príncipe azul en su caballo blanco, porque ni soy una princesa, ni vivo en una torre, ni tengo a un dragón que me esté custodiando.Hoy me reconozco mujer, capaz de amar.

  • Sé que puedo dar sin pedir, pero también sé que no tengo que hacer nada, ni dar nada que no me haga sentir bien.

  • Por fin encontré, hasta ahora, al ser humano que sencillamente soy, con sus miserias y sus grandezas.Descubrí que puedo permitirme el lujo de no ser perfecta, de estar llena de defectos, de tener debilidades, y de equivocarme, de no responder a las expectativas de los demás y hasta hacer algunas cosas indebidas.
    Y a pesar de ello, sentirme bien.

  • Descubrí que puedo permitirme el lujo de no ser perfecta, de estar llena de defectos, de tener debilidades, y de equivocarme, de no responder a las expectativas de los demás y hasta hacer algunas cosas indebidas.
    Y a pesar de ello, sentirme bien.

  • Y por si fuera poco, saberme querida por muchas personas que me respetan y me quieren por lo que soy, si,… así, un poco loca, mandona y muchas veces terca. También cariñosa, platicadora, besadora, abrasadora y a veces por algún motivo, triste, por que también tengo mis momentos tristes, esos en que pongo mi cara larga con un aire de pensante y me da por llorar.

  • Cuando me miro al espejo ya no busco a la que fui en el pasado,... sonrío a la que soy hoy,... me alegro del camino andado, y asumo mis errores.
    ¡Qué bien no sentir ese desosiego permanente que produce correr tras los sueños!
    ¡Qué bien! Ya aprendí a tener paciencia. El ser humano tarda mucho en madurar,… ¿verdad?

  • También hoy sé que mis amigos y amigas son peregrinos del mismo camino, y que en cualquier momento nos encontramos y nos queremos.
    ¡¡¡Hoy sé que nadie es responsable de mi felicidad, sólo yo!!!

  • Hoy sé que el viento extiende sus brazos cuando camino por la calle. Y que sólo depende de mí sentirlo.
    Hoy sé que la vida es bella……. Porque la he visto partir ya muchas veces.

  • Hoy vivo la vida así como es, bonita con sus ires y venires, con sus amores y desamores, con sus ratos de marea baja, con sus puestas de sol, con su ruido incesante.
    Sólo quiero dejarla correr. No quiero pedirle nada. Sólo quiero tener lo que yo me busque, sólo quiero lo que yo merezca.

Dedicado a
Dª Bibiana AÍDO, para cuando madure.
Para eso conviene dejar de lado el 'catecismo'
y empezar a pensar por sí mismo.

Comentarios

Roberto Villegas ha dicho que…
Me descubro ante usted, caballero.

Todo un placer leerle..

Un Cordial Saludo:



Robert
Douce ha dicho que…
Querido Poeta Despierto,

Descúbrase si le apetece, le ha agradezco su cortesía. Y si lo que lee en esta isla aparece,le place, mi becaria, Douce, y este Náufrago, nos sentiremos satisfechos.

Ese mismo placer hemos sentido hoy cuando hemos leído un texto que no era nuestro. Una mujer, anónima, que ha encontrado, como otras muchas, no sentirse 'invisible', sino 'viva' con sus virtudes y todos sus defectos.

Vuelva por aquí cuando le apetezca, querido poeta. Hable o calle, sentiremos su presencia.

Un cordial abrazo

Entradas populares