Descubriendo un país.

AHÍ, A MANO IZQUIERDA

Una de las ventajas de Internet es poder comunicar con otras personas situadas a miles de kilómetros. Conocer a una persona, significa también saber algo de sus costumbres, sus aficiones, quizá también de sus problemas. A la vez, supone conocer su país, la ciudad en la que vive. Y poco a poco adentrarte en un paisaje nuevo, una historia, sus personajes, sus problemas. Aparecen similitudes y también diferencias. Abrimos un poco el abanico de esto que llamamos Mundo. Salir de la propia cáscara, ver que el mundo no se acaba en tu casa, en tu ciudad, en tu país, es abrirse a una vida con más referencias.

Hasta hace poco, Uruguay era para el Náufrago, un país que estaba situado en el cono sur de América y no sabría decir con la exactitud de ahora, su sitio preciso, su superficie, sus tres millones y pico de habitantes. Vería a Martín Santomé, el personaje de “La tregua” de Benedetti, en un Montevideo distinto al borroso escenario que entonces se inventaba para colocar los personajes. Uruguay era algo tan indefinido, como lo pueden ser Somalia, Eslovenia, Senegal o Finlandia. Una especie de nube indefinida por donde se perderían los conocimientos geográficos de un Náufrago.Poco a poco, gracias a esta ‘referencia’, ha definido mejor ese ‘paisito’, un poco ahogado entre el gran Brasil y su vecina Argentina. Sin embargo es un país que, como todos, tiene peculiaridades de interés, una historia reciente de la que nuestros gobernantes, quizá, tuvieran algo que aprender.

Aquí quería llegar, porque hace poco, alguien me invitó a ver un video que había sido elaborado por Televisión española, con motivo de la reelección de José "Pepe" Mujica, ex tupamaro. De este reportaje, el Náufrago, ha sacado bastantes lecciones que convendría que nuestros gobernantes, de uno y el otro bando, tomaran algunas notas. Hay izquierdas muy fachas, que no sueltan el ‘catecismo’ ni a tiros,y hay derechas que se pierden en sus propias incongruencias. Superar el rencor, tender la mano, para seguir trabajando, sin ser infiel a sus sentimientos, no todos son capaces de hacerlo. Quizá porque no sean verdaderos sentimientos, sino pingajos que nos hemos ido poniendo.

De todos modos, cada cual puede sacar sus propias conclusiones si es que les apetece ver este reportaje:

Comentarios

Entradas populares