Guardagujas del cielo
“NUBES, BRUMA Y ARTEFACTOS DE HIERRO”
Por el momento, y sin que sirva de precedente, los controladores del aire, se han controlado y han dejado tranquilos a los que pensaban en el final o en el principio de sus vacaciones agosto/septiembre. Todo un gesto de estos prepotentes señores de los cielos. Pero no era eso lo que interesaba al Náufrago porque hace tiempo que dejó los altos vuelos. Investigando a estos misteriosos ‘aiguilleurs’, guardagujas del cielo, se ha enterado de cómo ven ellos mismos su oficio.
Resulta que hace algún tiempo, la empresa gestora de estos 2.500 trabajadores (AENA), encargó un estudio a una consultora inglesa para determinar cuál es el perfil de quienes controlan el tráfico aéreo. Algunos datos debieron obtener, pero lo que más llamó la atención al Náufrago, de ese ‘Consulting’ o como se llame, fue el de uno de estos guardagujas de los aires. Lean, produce un ligero escalofrío:
“Cuando pasas tantas horas de tu vida mirando al cielo, te das cuenta de que más allá de él no hay nada. No hay más que nubes, bruma y esos artefactos de hierro que se desplazan a gran velocidad como si importara su destino. Cuando llegas a casa después del trabajo sigues sintiendo la inmensidad del vacío y es inevitable preguntarse por qué es mejor vivir que no hacerlo. Y la respuesta siempre queda en el aire”.
Añadamos que “el 40% de los controladores aéreos en Barajas cree que el mundo no posee ningún significado y que la existencia del ser humano no responde a ninguna finalidad u objetivo concreto”. ¿Cómo se les queda el cuerpo? ¿Entonces qué es lo que vale una ‘existencia sin ninguna finalidad, sin objetivo concreto”? ¿200.000 Euros?
Quizá tengamos que volver a pisar tierra y oír la receta de la inefable Maleni, que era a la sazón, Ministra del ramo, cuando se hizo ese estudio. La respuesta, no faltaba más, fue de una convicción aplastante: “un buen desayuno, con leche y mucha fruta, bastará para que se les vaya la tontería”. Definitivo.
Ref: "Mundo Today"
Por el momento, y sin que sirva de precedente, los controladores del aire, se han controlado y han dejado tranquilos a los que pensaban en el final o en el principio de sus vacaciones agosto/septiembre. Todo un gesto de estos prepotentes señores de los cielos. Pero no era eso lo que interesaba al Náufrago porque hace tiempo que dejó los altos vuelos. Investigando a estos misteriosos ‘aiguilleurs’, guardagujas del cielo, se ha enterado de cómo ven ellos mismos su oficio.Resulta que hace algún tiempo, la empresa gestora de estos 2.500 trabajadores (AENA), encargó un estudio a una consultora inglesa para determinar cuál es el perfil de quienes controlan el tráfico aéreo. Algunos datos debieron obtener, pero lo que más llamó la atención al Náufrago, de ese ‘Consulting’ o como se llame, fue el de uno de estos guardagujas de los aires. Lean, produce un ligero escalofrío:
“Cuando pasas tantas horas de tu vida mirando al cielo, te das cuenta de que más allá de él no hay nada. No hay más que nubes, bruma y esos artefactos de hierro que se desplazan a gran velocidad como si importara su destino. Cuando llegas a casa después del trabajo sigues sintiendo la inmensidad del vacío y es inevitable preguntarse por qué es mejor vivir que no hacerlo. Y la respuesta siempre queda en el aire”.
Añadamos que “el 40% de los controladores aéreos en Barajas cree que el mundo no posee ningún significado y que la existencia del ser humano no responde a ninguna finalidad u objetivo concreto”. ¿Cómo se les queda el cuerpo? ¿Entonces qué es lo que vale una ‘existencia sin ninguna finalidad, sin objetivo concreto”? ¿200.000 Euros?
Quizá tengamos que volver a pisar tierra y oír la receta de la inefable Maleni, que era a la sazón, Ministra del ramo, cuando se hizo ese estudio. La respuesta, no faltaba más, fue de una convicción aplastante: “un buen desayuno, con leche y mucha fruta, bastará para que se les vaya la tontería”. Definitivo.
Ref: "Mundo Today"
Comentarios
Saludos.
No es raro que cuando miremos al cielo no veamos más que nubes y cacharros que no sabemos qué buscan. Es normal que digamos. "más allá no hay nada"... ¿Y más acá? ¿Tampoco?
Pobres 'ricos' somos.
Saludos, Pez