Reflexiones nocturnas

HISTORIAS PARA ESTAR DESPIERTO

Ayer llegó este vídeo a la isla y el Náufrago reflexionó. Quizá más en la reacción del padre, que en la primera respuesta del hijo. Debe de ser porque reacciones semejantes las ve bastante a menudo y no le extraña tanto. Es probable que les hayamos dado demasiado y no sea recomendable 'molestarlos' con nuestras impertinencias. Sería un triunfo ya si ante la lección del padre, algunos reflexionen y se den cuenta. Saber hacerlo con ejemplos como éste, sin pasar factura, quizá dé resultado para los que aún son capaces de dejar por un momento de mirarse al ombligo. Pero no es sólo para esto, para lo que le ha servido esta 'historia', apenas sin palabras, pero muy elocuente.

Hoy el Náufrago debía hacerse una resonancia magnética. Ya tiene alguna experiencia de estas máquinas ataúdes y machamartillo. No es tanto el ruido del 'ametrallamiento' lo que le molesta. Es esa sensación de claustrofobia de sentirse en una cámara cerrada. Para desviar el pensamiento y no centrarlo en la impaciencia de 'cuándo terminará esto', fue ya preparado. Se había propuesto que pensaría en otra cosa que no fuera la de repensar lo obvio, que estaba 'encerrado'.

Se proveyó de algunas 'historias' en las que pensaría mientras oía los 'martillazos'. La primera historia era precisamente ésta. Repasar cada gesto del padre, su aire alejado de la vida, sumido en su extraño mundo, la llegada del pájaro, sus preguntas, las respuestas, el tono y las reacciones ante las reiteradas preguntas del padre y la irritación creciente del hijo. Y la pausa. El padre va a su biblioteca, recuerda perfectamente el libro, la página dónde escribió momentos muy lejanos de su vida, pero presentes. El Náufrago volvió a 'ver' el gesto decidido, la búsqueda de la página y el 'lee'... ‘¡en alta voz!’ El hijo leía y en cada línea se iba viendo pequeño, preguntón, y la paciencia y el amor con que se lo habían explicado 21 veces: 'un gorrión'.... Y en cada respuesta un abrazo, sin enojarse, y en cada repetición una dosis de cariño 'para su pequeño niño inocente'...

Esa fue la historia en que se centró, mientras aquella ruidosa máquina seguía martilleando. ¿Quién dijo que las historias no pueden sustituir a pensamientos angustiantes...?

Comentarios

María ha dicho que…
¡¡Hola Julio y chiquitina!!

Precioso el vídeo. Cuán ingratos somos con nuestros mayores cuando ellos nos lo han dado todo. Y qué difícil recordar la santa paciencia que tuvieron con nosotros, no teniendo nosotros ninguna con ellos.

Al menos, en este caso el hijo reaccionó bien, tarde pero bien. Alguno encima le hubiera dado con el libro en la cabeza.

Y finalmente, ¿cómo fue la resonancia magnética?
¿Pudiste superar la claustrofobia recordando esta historia?
Supongo que sería para ver como va lo de tu hombro. ¿Sigues teniendo molestias?

Douce, Tú, cuida muchísimo a Julio y si te tienes que prepara la cena tú solita pues nada, un hueso y a la cama...ja,ja,ja.

¡¡Cuídaros mucho!!
Montón de besos
lola ha dicho que…
Cuéntanos, además de los pensamientos ¿sigue todo en orden?
¿Has arrimado el hombro a buen puerto?

Bendita paciencia, no se enseña, no se estila, no se vende ¿dónde se encuentra?

Ya lo sé Douce, a ti te han ensañado a ser paciente y eres muy buena.

Besos a los dos y para María un fuerte achuchón.
Douce ha dicho que…
Hola, María

Lo del hombro de mi papá está bien, salvo algunas deficiencias que son propias de la edad. El cuerpo va teniendo sus desgastes.

Yo también tengo mis pequeños problemitas, pero me ha dicho mi 'vete' que me ve 'muy joven', física y emocionalmente, para mis once años.

De hijos y padres que hable mi papá. A mí mis 'padres' me abandonaron, pero casi se lo agradezco, porque para mí, mís verdaderos padres, mi familia, es esta donde vivo. Y fue una lotería, para mí y para ellos.

Muchos besos
Julio ha dicho que…
Hola, Lola

Todo va bien, excepto algunos fallos propios de la edad.No debo cargar con mucho peso. ¡Yo, que fui 'levanta-pesas' olímpico! (C'est une blague)

Sobre paciencias, los que somos un poco,mucho, impacientes, podríamos hablar largo y tendido. O primero, tendidos, y luego largo. Pero poco a poco vamos aprendiendo a ser menos nerviosos.

La paciencia, como dices, no está en venta, pero sí que la edad y un poco de ejercicio puede ir limando repuntes de impaciencia.

Douce me da lecciones vivas de lo que es relajarse. Es muy buena y paciente maestra.

Des bisous et des câlins pour toute la 'famille'

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