Que no estaba muerto, que no,

… ESTABA TOMANDO GASEOSA

Quizá no lo recuerden, pero hace un año por estas fechas, por las redacciones de medio mundo se preguntaban '¿Dónde estará Pascal Henry?' ¿Qué no le conocen? Escriban ese nombre en Don Google y se encontrarán con esta respuesta: “Resultados 1 - 10 de aproximadamente 4.060.000 de Pascal Henry. (0,20 segundos)”. Asombro, ¿no? Más de 4 millones de páginas recuerdan la historia del ‘gourmet’/mensajero que se había propuesto hacer un tour gastronómico por los 68 restaurantes con tres estrellas Michelin del mundo.

Aquella noche de junio cumplía la cuadragésima etapa de su particular tour en el restaurante El Bulli de Ferrán Adriá, con la recomendación del chef Paul Bocusse. A los postres, una periodista le pidió una tarjeta de visita, se levantó de la mesa, se dirigió a su coche a buscarla y desapareció sin pagar los 230 euros de la cuenta. En un sillón quedaron su sombrero, su ‘libro de oro’, donde anotaba sus informaciones y su portadocumentos. Pasó más de mes y medio de sielencio hasta que la serpiente del verano saltara a los medios deseosos de noticias ‘impactantes’. ¿Adónde fue? ¿Qué le ocurrió? Los mossos d’esquadra rastrearon los alrededores, a pie y con helicópteros. Nada. “La policía de Ginebra requirió los servicios de Interpol en París y Madrid y la colaboración del consulado suizo en Barcelona”, decía la prensa. Y nada. Durante días corrieron ríos de tinta sobre la historia del ‘desaparecido’. Surgieron todas las especulaciones. Se conocieron a sus familiares. Pero nadie, al parecer, sabía nada de su paradero…

La ‘Noticia’, tuvo ocupados a decenas o centenas de periodistas tratando de llegar primeros al desenlace del misterioso gourmet. Ayer, un año después, una periodista, sin saber cómo ni por qué, con un simple SMS, logra reunirse con el ‘desaparecido’ en un sencillo chiringuito del lago Léman, compartiendo el menú del día: “Pescado de verdura y arroz acompañado de gaseosa”. Durante la comida da explicaciones sobre su extraña conducta. Cuenta algunas lindezas sobre la cocina de Ferrán Adriá y su comportamiento, su desaliento al haber aireado su proyecto que consideraba una cosa suya. “Desaparecí porque no me encontraba bien… El frenesí por recorrer esos grandes restaurantes se convirtió en una adicción, una droga. La cocina no es un universo de refugio ni puede suplir la falta de sentimientos más profundos.”

Siguen hablando sobre lo que ocurrió aquella noche. Cómo se sintió en El Bulli. Su desaliento… Y cuando la periodista le hace la pregunta clave: “¿Por qué desaparece bruscamente del restaurante?”, responde:

- “La gente normal no puede comprender una reacción parecida porque la mayoría son personas equilibradas, que tienen una vida de familia y un trabajo. No había premeditado ese gesto …./ ¿Sabe?, la vida depende de muy poco. Yo ya no me encontraba bien y cuando una persona atraviesa una situación así hace cosas poco razonables”

Y es que quizá ni a los mossos, ni a la Interpol, ni a los sesudos investigadores se les ocurrió que a veces las ‘decisiones’ ‘dependen de muy poco’: un arrebato emocional. Claro que a los periodistas esas cosas tan ‘simples’, no les cuadran. Necesitan más morbo, porque si no se les jo…. chafa la noticia. Y así, las cosas no tienen gracia. ¿Por qué no hay más misterio? ¡Vaya birria!

Comentarios

Sylvia Otero ha dicho que…
Por lo que me contó don Google, bastante les dio que hablar su desaparición.

No se pueden quejar!
Douce ha dicho que…
No, si no se quejan. Les viene al pelo esto de inventarse posibles 'finales' de la historia y tratar de suscitar la expectación de la gente.

Ya conoces el lema periodístico: "Que un perro muerda a un hombre, no es 'Noticia'. Sí lo es, al contrario."

¡Qué cariñosos!

Entradas populares